Enrique Meléndez.
Más terror todavía, del que hemos tenido a lo largo de 25 años de gobiernos chavomadurista, representa esta ley, que en estos momentos se acaba de aprobar en la Asamblea Nacional, con el título de Ley Contra el Fascismo, el Neofascismo y Expresiones Similares, tomando en cuenta que se trata de un instrumento llamado hasta censurar, lo que se maneja a través de las redes sociales; pero, en especial, llamada a justificar esa ola represiva, que viene desatando el gobierno desde el año pasado, cuando María Corina Machado se transformó en un dolor de cabeza para el régimen, y entonces comenzaron a caer presos Henry Alviarez y Claudia Macero, que fueron puestos en libertad poco tiempo después; aun cuando, Alviarez y, ahora, Dignora Hernández volvieron a ser objeto de la misma medida, mas no así la señora Macero, asilada hoy en día en la embajada de Argentina, además de otros cinco dirigentes de Vente Venezuela, acusados de formar parte de la famosa Operación Brazalete Blanco, y mediante la cual el gobierno ha venido justificando dicha ola represiva, que le ha costado la vida al teniente Ronald Ojeda Moreno, secuestrado y asesinado en Chile, la detención del capitán Rafael Heredia; quien, supuestamente, fue el delator de dicha acción y la de la activista defensora de los derechos humanos Rocío San Miguel.
He allí lo que le permitió a Vladimir Putin invadir Ucrania, cuando alegó que en dicho país se estaba promoviendo un movimiento nazi; el cual amenazaba con desestabilizar los gobiernos de sus países fronterizos, entre ellos, la propia Rusia, y de donde, al parecer, Putin saldrá con las tablas en la cabeza, visto el desarrollo de la guerra que enfrentó a ambos países, teniendo presente que la resistencia ucraniana ha sido demasiado tenaz, al punto de que hasta podría perder Putin la península de Crimea, que invadió en el 2014, de acuerdo a las informaciones, que se manejan en estos momentos, y que no deja de ser una proyección del tipo de régimen que sostiene el susodicho; caracterizado, precisamente, porque se establece una hegemonía gubernamental, que implica el asesinato o la prisión de los dirigentes de aquellas corrientes políticas, que representan una amenaza para la élite gobernante. ¿Cualquier parecido con la realidad venezolana es por pura coincidencia? De hecho, el único que hasta ahora no ha criticado la decisión del gobierno de Nicolás Maduro de inhabilitar a la señora Machado ha sido Putin; mientras que sus dos aliados incondicionales, como son Gustavo Petro y Lula da Silva se han pronunciado a ese respecto, sobre todo, Petro que en lo que va de días lo ha hecho en dos oportunidades, llegando a considerar que se trata de un "golpe antidemocrático". Por supuesto, el presidente colombiano se siente emplazado desde el punto de vista moral, puesto que él fue objeto de una medida de inhabilitación, y que se la obligó a levantar la Corte Interamericana de Derechos humanos al Estado colombiano, y eso que arrastraba un prontuario de terrorista guerrillero comunista con delitos, tan graves, como los de Hugo Chávez.
¿Les choca esa consigna de la señora Machado, relativa al hecho de que su lucha es hasta el final, que entra entre los delitos, contemplados en dicho bodrio jurídico? En efecto, todo autócrata resulta un soberbio desatado, por lo que le molesta cualquier manifestación de autonomía del contrario, sobre todo, cuando se trata de una dama, a la que se le acusa con toda la impunidad del caso de criminal; achacándole el hecho, de que quemó viva a una persona. ¿Fascismo de los apellidos? En el fondo se trata de una reacción, sobre todo, en contra de esa corriente de la derecha, que se viene imponiendo en el mundo, tanto en Europa, como en nuestra América, cuyo máximo exponente, además de la señora Machado, resulta Javier Milei, y quien los viene enfrentando en una forma aparatosa, y donde entran prejuicios raciales y sociales; lo que ha llevado a considerar algunos, que se trata de una reedición de la Ley contra el Racismo.
No es que tiran la piedra y esconden la mano, sino que tiran la piedra y le echan la culpa al otro, y que comenzó, precisamente, con Hitler, cuando quemó el parlamento alemán, y le echó la culpa a los comunistas; pues el principal motivo de esta Ley Antifascista parte del principio, de que durante los últimos años ha habido un sector de la sociedad, que ha venido promoviendo la violencia, contrariando los postulados de la Constitución que, entre otras cosas, protegen el ejercicio democrático de la voluntad popular, a la cabeza de la señora Machado, y entonces se cita una y otra vez el caso de una persona que fue quemada viva, sólo que uno se pregunta: ¿cómo es que la señora Machado anda libre, sin haber sido procesada por este delito? ¿Miento que digo la verdad? Pero es que, además, la señora Machado lo ha dicho una y otra vez: yo no me voy a salir de la ruta electoral. De hecho, al impedir que se inscriba como candidata presidencial, y no dejarle a la oposición otra opción, que la que quiere Nicolás Maduro, se está incitando a la violencia; porque ni siquiera se le permitió a la sustituta, que ella nombró, es decir, a la señora Corina Yoris, pasar por el filtro del CNE de Cilia Flores, como se le dice, alegando que se trata de una persona de doble nacionalidad, al haber estado casada con un uruguayo, cosa que ella aclaró que es falso.
En el fondo, aquí lo que hay es miedo, pues las encuestas lo que reportan es que más del 80% de la población aspira un cambio de gobierno, mientras los jerarcas se van quedando solos ante un mundo, que ya los rechaza, y que marcha en la cuerda floja, teniendo al acecho una jauría de perros sabuesos; como sería la Corte Penal Internacional, que está a punto de sentenciarlos, además de la recompensa, que ofrece EEUU por dichos jerarcas. Lo otro, es que achacarse una victoria electoral sería demasiado truculento. De modo que lo mejor para combatir el miedo es el terror. Además, se trata también de una provocación.
(X) @emelendezo