Un 28 de julio incierto.
Enrique Meléndez.
En el ambiente hay la corazonada, de que esta gente a última hora va a actuar de acuerdo a la filosofía de Jalisco: si no gano, arrebato; pues en nuestro medio también está muy arraigada la idea, de que hay una voluntad de cambio; harta la gente de tanta mentira, y que se repite una y otra vez, para justificar tan descomunal fracaso, que han tenido en tanto que gobernantes. Obsérvese que lo mejor que le pudo haber pasado a esta gente, ha sido el tema de las sanciones; cuando hay un fenómeno, que sorprende a muchos, y es que en el año 2012, cuando los precios del petróleo venezolano se ubican en 118 dólares, el producto interno bruto no petrolero ya marca una caída; consecuencia de aquella política de invasiones y expropiaciones, que llevó a cabo Hugo Chávez desde el año 2008, en una forma muy anárquica e improvisada, incitado por un Fidel Castro, que había hecho lo mismo en su país, y lo había conducido a su destrucción. Lo definió muy bien Arturo Uslar Pietri: Chávez es de una ignorancia delirante. Es ahí donde cobran vigencia unas reflexiones muy vergonzosas, que se le atribuyen al antiguo primer ministro inglés Tony Blair, y en las que dice que todo pueblo se busca el mandatario, que se merece, tal cual el pueblo venezolano. Por supuesto, yo diría que la destrucción de Venezuela comenzó mucho antes, en el 2002; cuando Chávez, como él decía, se apoderó de Pdvsa, es decir, de la gallina de los huevos de oro, al despedir a la tecnocracia mejor calificada del país, que manejaba esa empresa, y que, en efecto, se convirtió en una tecnocracia con ambiciones de poder, a propósito del paro petrolero, en que se sumió, bajo el que se pedía la renuncia de Chávez, y que fue un exceso de su parte, como un exceso el de Chávez al llevar a cabo veinte mil despidos, en lugar de apuntar solo a los cabecillas de dicho paro. Incluso, el propio Chávez lo confesó en una de sus presentaciones de Memoria y Cuenta en la Asamblea Nacional, que él había provocado ese paro, para apoderarse de Pdvsa, a los fines de convertirla en su caja chica o "caja negra", para el financiamiento de su populismo; que fue lo que se conoció como "la chequera petrolera", lo que demostró que era un hombre que no tenía ni una idea, de lo que eran las instituciones del Estado.
Doce años después, tenemos un país en la ruina total, con todo lo que fue nuestro parque industrial vuelto chatarra, con daños irreversibles, a ese respecto, y ocho millones de compatriotas, que han tenido que salir al extranjero, producto de esa situación, que lo que genera es hambre y calamidades sociales. El hecho es que esta gente no mira esta tragedia, y hasta el año pasado yo diría que el país estaba llamado a vivir en la resignación, a calarnos estos aventureros por la eternidad; hasta comienzos de 2023 cuando la estrella de María Corina Machado, como diría un astrólogo, se levanta en su firmamento, y comienza a expandir en la conciencia del venezolano ese espíritu de firmeza, de valentía, de osadía, que la caracteriza, lo que se transforma, no sólo en un fenómeno político, sino en la voluntad de ese cambio, del que hablamos atrás, y de allí el carácter épico, que signó su campaña para las primarias. Uno diría que la señora Machado fue el alma de esas elecciones, por las que nadie daba un centavo, cuando se anunciaron a finales de 2022; sobre todo, porque se veía mucha apatía e inferencia de parte de la gente, resentida con una dirigencia política muy ladroneada por el momento, de modo que sobre ella se pintaba el fantasma de la abstención.
Por supuesto, el gobierno siempre ha jugado con la filosofía del arrebato en términos electorales; no se olvide que en las presidenciales de 2018 colocó los factores en el juego, primero, para que se produjera una alta abstención, desmotivando a la ciudadanía; segundo, para que la oposición escogiera el candidato, que más le convenía a Nicolás Maduro, valiéndose del recurso de la inhabilitación de los que podían darle la pelea, y ese papel recayó en Henry Falcón, y quien terminó, además, por denunciar una serie de irregularidades, que se produjeron durante el evento. Ya es un hecho comprobado, que toda la tecnología electoral, que maneja el CNE, está diseñada, para llevar a cabo un fraude, valiéndose el régimen de la abstención, en combinación con los triplecedulados, que votan por aquellos que no acuden a las urnas. Lo que explica que el resultado de ciertas mesas dé 100% a favor del hegemón. El problema es que ahora ha ocurrido un fenómeno muy importante, y es que la gente ha recobrado la fe en el voto, como posibilidad de imponer esa voluntad de cambio, y que fue de lo que se ocupó la señora Machado durante su campaña a lo largo de ese año 2023, cuando se hace cargo de un estado de ánimo de nuestra sociedad, que se debatía en el escepticismo, y entonces llevó de todo, le dijeron de todo, y le echaron de todo en sus trajines por todo el territorio nacional, pero siempre la Libertadora, como se le comienza a decir, aparecía en las tarimas de los actos de su partido Vente Venezuela.
No hay que pasar por alto que al régimen no le resultó la parada del conflicto con Guyana, y que podía llegar a suscitar alguna escaramuza armada en la frontera; de modo que se viera en la necesidad de tener que decretar un estado de emergencia, que diera lugar a una suspensión de las elecciones; como no le han resultado una y otra provocación, para producir un levantamiento de las masas opositoras; mientras hay un Robespierre redivivo en la persona de un Fiscal General, un señor Saab, con un listado de sospechosos, y que van cayendo presos; acusados de intentar un magnicidio; que ameritaría protestas callejeras, sólo que, como decimos en criollo, no se ha mordido el peine, a ese respecto. Ahora, ¿qué busca Diosdado Cabello en función de sabotear los actos de la señora Machado? A donde va, la persigue. ¿Qué se propone? Se repite, en el ambiente hay el presentimiento, de que esta gente juega a suspender las elecciones.
REMISIÓN:
De: Enrique Melendez O. melendezo.enrique@yahoo.com
Date: dom., 5 de mayo de 2024 10:13 a. m.
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