¿ Dignidad O Traición ? // G/D Oswaldo Sujú Raffo
Nuevamente el régimen celebró, con bombos y platillos, los hechos del 04 de Febrero de 1992. Con la mayor impudicia y creyendo que los venezolanos somos amnésicos o tarados, el tcnel. dictador ordenó esa celebración como es costumbre del régimen y se volaron a la torera, desde la misma Constitución hasta los reglamentos militares protocolares. Se quiso engañar a los presentes y a los que por los medios en cadena, observaron y oyeron la “efeméride”, y la juramentación atípica y blasfema !!
Con los venezolanos que aún no habían nacidos o no tenía edad para comprender lo sucedido, el régimen aprovecha todas las ventajas que otorga el poder, para manipularlos y tergiversarles la verdad de lo ocurrido. Ese día no fué el “día de la dignidad”, fué el de la traición y de la infamia !! Los militares que planificaron y ejecutaron las acciones de ese aciago día, traicionaron su juramento a Dios, a la Bandera, de lealtad a la Institución que los formó y al mismo pueblo del cual provenían. Es indigno y una infamia, traicionar al superior, al compañero y a los subalternos en una aventura mal planificada y peor ejecutada. Desde la misma Academia Militar se estuvo corrompiendo la mente de lo mas preciado que tienen las Fuerzas Armadas Nacionales, sus cadetes, las generaciones de relevo de la Institución. El tcnel. dictador, siendo oficial de planta, levantaba en la oscuridad de la noche a los alumnos del último año, para “juramentarlos” en su proyecto, todo un crimen que violó normas, reglamentos y leyes, toda una traición al Alma Mater !!
Con astucia, desparpajo, manipulación y el apoyo de “notables” cómplices, civiles y militares, lograron convencer, mas por el engaño y medias verdades que por la convicción, a un grupo numeroso de oficiales superiores y subalternos, quienes acompañados por las tropas bajo su mando, atentaron contra la República y sus Instituciones en la madrugada del 04 de febrero de 1992. El complot estuvo gestándose durante diez años, como ya dije mal planificado y peor ejecutado, y a las seis horas estaba prácticamente dominado con relativas pocas bajas, en virtud de los medios y personal involucrados, entre rebeldes y tropas leales a la República, sin dejar de mencionar el sentido de generosidad y nobleza de quienes defendimos la Constitución y leyes. Reitero que no se ha dicho toda la verdad sobre los hechos, pero ésta saldrá cuando no soporten mas el peso de su culpa, los cómplices políticos y militares que auparon ese día de traición. En el acto de celebración se repartieron “condecoraciones” alusivas, a supuestos “héroes” que nunca lo fueron, aludidos en “proezas” que no ejecutaron, en medio de una empalagosa y burda narrativa de “heroicidad”, olvidando que “mas vale merecer honores y no tenerlos, que tenerlos y no merecerlos”… Faltó condecorar a unos “notables” civiles y a unos generales que, tras de bambalinas, permitieron la insurrección de ese triste día, quienes hoy son acreedores de esta sentencia del Código Samurai: “ El deshonor es como una incisión en la corteza de un árbol que, el tiempo agranda cada día”.
Según los autores del alzamiento militar del 04 de Febrero de 1092, los motivos que provocaron la insurrección fué: acabar con la corrupción imperante del gobierno, el uso de los dineros públicos en beneficio personal, la violación de la soberanía nacional y la entrega de territorio, la inseguridad social, la agresión al pueblo y a los estudiantes, la manipulación de las Institución Armada, la intromisión del Ejecutivo en los otros Poderes, la pérdida de los valores éticos y morales, la presencia de extranjeros en organismos policiales y las deficiencias en los servicios públicos. Al cumplirse 18 años de la rebelión que enlutó tantos hogares, los venezolanos nos preguntamos: ¿ En que “bolsillo” se metió el tcnel. dictador, los afanes del leit motiv de su rebeldía?. Hasta sus mismos compañeros de causa, deploran la traición al pueblo venezolano y el engaño descarado a la fé de sus seguidores. La involución del país, la siembra del odio entre compatriotas, la corrupción en todas sus forma, las injusticia, las agresiones al pueblo y el coloniaje apátrida al régimen cubano, con la presencia de miles de agentes, incluido el emblemático Cmdte. Ramiro Valdez, ávido inquisidor entrenado por la KGB, nos hablan de la perversidad, indignidad y una doble traición…
Alguien sentenció: “ Los pueblos a quienes no se les hace justicia, se la toman por si mismo, mas pronto o mas tarde…”, muy válido para esta Venezuela tuya, mía y nuestra. La Patria es primero. Fuera los invasores, chulos y magapas. Hasta luego !!
Autor: GD. Oswaldo Sujú Raffo.
Fuente:
La Historia Paralela