POLITICA
EL
DESTRUCTOR
Por:
Nelson Maica C
¿Por
casualidad ha conocido usted últimamente a alguien que tenga por apodo el
destructor? No. Solo acoto que en algunos hogares suele existir algún niño a
quien, durante su corta edad y por su forma de proceder e incipiente carácter,
le digan cariñosamente destructor, “todo lo destruye desde chiquito”. “Jamás
construyo un castillo de arena ni armo un lego”.
Pero
puede ocurrir que algún adulto se quede con esa actitud, no supero esa etapa, como
ahora podemos prestar atención a alguien que todavía conserve ese carácter
destructivo y que el pueblo entero no le quita sus ojos de “observadores
pasivos” por como esta destruyendo el país y lo excepcional y lamentable es que
algunos lo apoyan y ningún humano y/o institución, política ni civil, nacional
y/o internacional, lo detiene. Carece de oposición. La supuesta mayoría
opositora se dejo convertir en “rebaño”, carece de “coraje cívico” para una
buena parte del pueblo.
A
lo mejor, dada las condiciones de esta sociedad y de las organizaciones,
principalmente políticas, en estos últimos 11 años, 99 al 2010, estamos
esperando sentados, adocenados, que el azar o el tiempo o algún extra
terrestre, se encargue de eso; entre tanto, casi todos estamos mirando, imbéciles,
tal rebaño de animales, sumisos y serviles, como se manifiesta y representa ese
carácter destructivo.
¿Qué le observamos a ese carácter
destructivo, destructor?
01.
Esta,
desde que asumió el cargo, enfocado en lograr que todo el mundo se fije en el,
su imagen, su actividad, su palabra, su acción, en fin, su única película y con
el como único actor y que todo el mundo tiene que observar obligado. Su
necesidad psicológica, patológica, de figura única es más fuerte que el odio,
como dice el pueblo.
02.
Presentarse,
además, como payaso excepcional, alegre y vital, cantando, bailando, recitando,
con chistes, etc., haciendo uso de un ardid escénico para transportar al pueblo
fuera de su realidad traumática cotidiana a donde lo ha llevado el destructor.
Trata de meterle al pueblo en la cabeza de que el es indispensable y de que esa
destrucción es necesaria y pasajera porque el les llevara, no dice cuando ni
como, al paraíso que esta construyendo en secreto para ellos. Les cuenta un
relato espectacular, grandilocuente, inalcanzable en la realidad, pero armónico
y una parte del pueblo en 11 años repitiéndolo todos los días se lo cree.
03.
La
naturaleza en el Estado Vargas, 1999, ocasiono gravísimos daños y luego de 11
años ahí están los testimonios. Y sigue el cuento de resolver prontamente todos
esos problemas. Ahora, según el destructor, la naturaleza ha sido manipulada,
dirigida por el imperio; pero también es su aliada, continúa con los embustes
mas grandes y a mas largo plazo y la gente de Vargas, como en otros estados,
todavía vota por esas mentiras, pareciera que les gusta que el destructor les mienta,
los engañe, les narre el cuento del gallo pelón y/o van por las “sobras”, por
las “dadivas” ocasionales.
04.
El
destructor piensa y así lo hace saber que no tiene ni tendrá sustitutos, que es
y será eterno. Cero movilidades sociales y cero cambios generacionales. No
existe ni existirá alguien que lo pueda sustituir, es eterno como los hermanos
castro cubanos a quienes sirve. Su única preocupación es conocer el próximo
objetivo a destruir. Quienes le apoyan y acompañan ya son especies de robot,
pero con “miedo pánico”, como dicen en mi llano, al destructor. Una palabra o
una mala mirada bastara para “desaparecerlos”. Viven porque el destructor vive.
Tampoco le preocupa al destructor que va a pasar con lo destruido, así se
queda.
05.
El
destructor no mira hacia ninguna parte que no sea un objetivo a destruir, esta
empeñado en su único trabajo. Le aterra saber, conocer, oír, a alguien
inteligente, creativo, con ideas distintas a las suyas. Se rodea únicamente de
personas que atestigüen su eficiencia destructiva en todo. Los cataloga de
héroes siervos.
06.
No
acepta que nadie lo proteja y/o resalte en cuanto a su trabajo destructivo.
Cree que es un ser extraordinario, que tiene una misión encomendada por el mas
allá, pero quien se la encomendó no es el Dios de los cristianos. El creo su
Dios, el mismo; su grupo, su mafia, su culto y el es el sumo sacerdote y
justiciero. En consecuencia no le interesa ni le preocupa ninguna crítica, toda
observación es una simple habladuría, es una intromisión del imperio.
07.
Como
el destructor se considera único en su especie tampoco le interesa que nadie,
absolutamente nadie, le entienda, le comprenda. En nada puede dañarle el que no
le entiendan o le mal entiendan.
08.
El
destructor es enemigo de las manifestaciones culturales, de la estética, de la
forma; pero cuanto si le interesa es que no quede huella de su destrucción. La
huella es de otro o de otros no de el. La culpa no es suya, es de otros,
incluyendo sus colaboradores.
09.
Destruir
todo para reconstruir todo con menos sabiduría. ¿Quién hace o puede hacer eso?
¿En donde se puede hacer eso? ¿Lo pudo hacer Rusia? ¿Alemania del Este? ¿China?
¿Cuba? ¿Quién? ¿En cual mente cabe? ¿Un destructor es revolucionario?
10.
¿Cuál
será la conciencia del destructor? Desconfía de todos y del curso de todas las
cosas porque esta en conocimiento de que todo se le puede ir al infierno en un
cerrar y abrir de ojos.
11.
El
destructor se mantiene en movimiento, no se detiene, porque para el nada se
mantiene en el tiempo mas allá de cuanto el le asigna. Aquí la razón por la
cual no puede construir nada, tampoco. Aquí la razón por el apego y uso de la
fuerza bruta y la violencia, solo así, según el, avanza, sigue en movimiento;
pero avanza hacia su propia destrucción, también.
12.
El
destructor no tiene la capacidad para visualizar cual es la consecuencia de su
destrucción. Destruye, también, por el placer de pasar por encima de los
escombros y si es posible tomarse una foto y/o una película sobre ellos.
Al final, lo peor, para el destructor
no hay sentimientos valiosos, la vida no vale nada y eso queda plasmado
precisamente en su inmensa e inimaginable destrucción a la vista, en los
medios.
Recordemos a Karl Raimund Popper,
1902-1994, filosofo, austriaco e ingles, refiriéndose a tiempos no buenos:
“¿Podemos nosotros hacer algo? ¿Y podemos nosotros evitar que suceda algo?” La
respuesta que le dio a Ralf Dahrendorf, 1929-2009, politólogo germano
británico, en 1982, fue...”Mi respuesta a esta pregunta es que sí. Creo que
podemos impedir muchas cosas”.
¿Y, dejaremos entonces que continué en
su afán y tarea destructiva? ¿Usted que hará para impedirlo? ¿Pero, hará algo? ¿Hasta
cuando soportamos una supuesta robolucion verborrágica en donde toda solución
se reduce al enunciado de una formula? En donde el discurso incendiario sobre
la guerra de clases, desde el gobierno, nos ha conducido a la violencia contra
todo, en especial contra la vida misma, contra la destrucción de todo
productivo y creativo y responsable, hasta llegar a la perdida de los derechos
fundamentales del ser humano, la libertad en todas sus manifestaciones, y
llegaremos, seguramente hasta la autoliquidación. ¿Permitiremos retroceder al
totalitarismo?
“A mi juicio, el mejor gobierno es el que deja a la gente mas
tiempo en paz”
Walt Whitman, 1819-1892,
poeta estadounidense
Caracas, 13/12/2010.
IMAGEN SUPERIOR: El Republicano Liberal
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