PIRATAS, CORSARIOS, BUCANEROS Y FILIBUSTEROS
“Con diez cañones por banda,
viento en popa a toda vela,
no corta el mar, sino vuela,
un velero bergantín:
bajel pirata que llaman
por su bravura el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.”
(José de Espronceda. Poesías. 1840. La canción del pirata)
miércoles 15 de diciembre de 2010
La canción del pirata», poema escrito por José de Espronceda y publicado en Poesías (1840)
exalta a un pirata como ejemplo de personalidad original, que vive al
margen de la sociedad, despreciando las convenciones y los bienes
materiales; y levantando la bandera de su máximo ideal: La libertad.
Hacia la libertad es que navegamos en este momento la mayoría de los
venezolanos, sorteando todo género de ataques a los navíos de la unidad y
la paz; y esperanzados de llegar a buen puerto con la carga del futuro
en las bodegas de la democracia y la libertad.
La travesía opondrá el mismo vandalismo oportunista de corsarios que
facilitaron irresponsablemente el arribo del gobierno del pirata rojo
rojito. Mientras la bandera negra con las dos tibias cruzadas y la
calavera, símbolo del atraso al que nos empuja la revolución, se levante
irreflexivamente desde ambos bandos políticos, estaremos destinados a
continuar bajo el sable de Hugo, rey de los mares, entre ellos el de la felicidad.
¿Son honestos, serios y responsables los militares venezolanos? ¡Por
supuesto…lo son en la misma intensidad que lo son ingenieros, curas,
arquitectos, periodistas, abogados, médicos, internacionalistas,
contadores, maestros y todo tipo de profesiones venezolanas.
¿Es inherente la planificación y la gerencia a los militares? Lo son en
el mismo grado en que lo son para todos los profesionales venezolanos.
La gerencia nació en un vivac de la guerra, creció con los
procedimientos del estado mayor y dio referencias para que más tarde, la
gerencia pública se hiciera una especialidad abierta para todos.
Usted apareja los procedimientos de la gerencia a la secuencia de las
acciones del comandante y su estado mayor y los puede resumir
elementalmente para ambos en; problema, análisis, formas de acción,
comparación de las formas de acción, conclusiones, recomendación,
decisión.
¿Qué estudia un militar en la Academia Militar y en general en todos los
institutos de formación profesional? La ciencia y el arte de la guerra.
Eso debe entrañar plomo y técnicas de matar. Hasta eso se gerencia para
hacer más eficiente los resultados de la guerra.
La improvisación no es exclusiva del sector militar. Los piratas que
egresaron del sector militar para ir a formar gobierno, lo hicieron en
yunta con piratas, corsarios, filibusteros y bucaneros civiles. Eso
forma parte de la historia.
Piratas e improvisados existen en todas las profesiones.
La llegada de Hugo Chávez al poder es la máxima exposición de
piratería e irresponsabilidad en que han incurrido los venezolanos en
doscientos años de vida republicana desde 1810. Ni siquiera las
cabriolas parranderas del General Cipriano Castro en los nueve años de
la Revolución Liberal Restauradora son comparables a las piruetas
bipolares y los brincos oportunistas de doce años de Revolución
Bolivariana y Socialismos del siglo XXI.
Estos doce años de rebotes políticos, de giros económicos, volteretas
militares y una enorme fractura social, son la acumulación de las
ambiciones desmedidas de muchos piratas militares; pero también del
oportunismo de una variopinta de corsarios procedentes de otras
profesiones, especialmente de filibusteros de ocasión y amparados por
las encrucijadas del patrocinio encubierto, refugiados en la práctica
política y la experticia de sus profesiones.
Treinta años atrás, bucaneros de la pluma y de la espada, en todos los
sectores del país (Políticos, económicos, sociales, culturales, etc. y
procedentes de todas las profesiones) le hicieron la cama del poder a Hugo Chávez.
Los piratas militares trataron de hacer el abordaje el 4 de febrero de 1.992;
la constitución de 1.961 y sus instituciones reaccionaron a cañonazo
limpio e impidieron el asalto al poder, pero mas tarde los corsarios de
la política indultaron a los piratas y le abrieron el camino electoral a
los pata e`palo de lorito en el hombro.
Eso también es historia.
La insuficiencia de la acumulación de errores de los cuarenta años de la
democracia representativa, que podían resolverse política y
democráticamente abrieron una brecha en los derroteros de la
institucionalidad, para que ciertos sectores de la intelectualidad
venezolana de la década de los 80 y parte de los 90, se expidieran la
correspondiente patente de corso para capturar y saquear los caminos constitucionales.
La
democracia de esa oportunidad certificó la actividad corsaria de
personalidades de la talla de Arturo Uslar Pietri, Jacinto Convit,
Miguel Angel Burelli Rivas, Ernesto Mayz Vallenilla, José Vicente
Rangel, Rafael Alfonzo Ravard, Alfredo Boulton y otros integrantes de Los Notables;
para que en una famosa carta fechada el 10 de agosto de 1.990 se
abordara a la larga el buque de la Constitución de 1.961. Todo era
cuestión de tiempo y de viento.
La misiva en cuestión señalaba al final,
después de valorar algunas interioridades del funcionamiento irregular
del estado en el encrespado mar de la crisis, lo siguiente:
“Esperamos que esta gestión de buena voluntad pueda contribuir a
señalar vías de solución a la grave situación nacional y que ofrezca a
todos los venezolanos formas prácticas y realizables para responder
razonablemente a las amenazas que se acumulan contra la democracia
venezolana, que nuestro pueblo ni quiere, ni debe, ni puede dejar
perder.”
Mientras la inteligencia venezolana agrupada notablemente, llamaba al alerta y sugería entrar en zafarrancho de combate, “las formas practicas y realizables para responder razonablemente a las amenazas”
ya se habían constituido en movimiento de tanques Dragoon, reuniones de
militares con políticos, empresarios, ingenieros, periodistas, médicos,
abogados, internacionalistas y conspiradores profesionales.
Se intrigaba de manera encubierta contra la democracia que públicamente
se decía defender para que otro grupo de venezolanos dentro de los
cuarteles, se articulara política y arteramente bajo el beneficio de la
ignorancia, la cobardía, el oportunismo, la ineptitud y hasta la
ingenuidad de los altos mandos de la época. Eso también es historia.
La historia de Los Notables,
militares que todo el mundo conoce en el medio castrense de los años 80
y 90 fue pública y notoria. Pudiéramos incluso darle connotación de
hecho comunicacional sobre la base de las actividades que permearon
hacia los medios de comunicación, por virtud de sus enfrentamientos por
el poder. Dentro de ellos, algunos fueron piratas, otros corsarios,
algunos filibusteros y muy pocos ejercieron de bucaneros.
Para las calificaciones de piratas, corsarios,
filibusteros y bucaneros solo hay que revisar quienes tienen vara alta
en el régimen en eso que llaman el Estado Mayor Presidencial y
asociarlos; quienes ocuparon cargos de significación dentro del régimen
desde 1.998 y quienes habiendo ocupado cargos, aun ejercen alguna
significación dentro del sector opositor al régimen.
La diferencia entre el pirata y el corsario es el
carácter. Mientras aquel ejerce una práctica de saqueo organizado o
bandolerismo marítimo de una manera unilateral y autónoma, probablemente
tan antigua como la navegación misma; este lo hacia en virtud del
permiso concedido por un gobierno en una carta de marca o patente de corso. Con eso capturaban y saqueaban el tráfico mercante de las naciones enemigas de ese gobierno.
Los Notables militares piratearon la erosión
del gobierno constitucional de la época y saquearon la Constitución
Nacional; mientras que los corsarios agrupados en la inteligencia
venezolana de Los Notables de la carta de 1.990 abordaron la
institucionalidad vigente. De allí al golpe de estado del 4 de febrero
de 1.992 solo medió levantar la enseña negra de las tibias cruzadas y la
calavera.
Pero hay más. La confluencia de venezolanos, orientados a erosionar las
instituciones democráticas para acabar con todo rasgo del poder de la
democracia iniciada a partir de 1.958, dejó de lado todo género de
escrúpulos. El tiempo se ha encargado de confirmar unas alianzas
políticas que se establecieron maquiavélicamente.
Precisamente, cada crisis de aquella ocasión lo que
hizo fue desnudar con mayor amplitud, la piratería política de la
coyuntura; tan igual a como se ha venido evidenciando en esta grave
crisis política de los últimos doce años.
Repetimos, la simplificación de las acciones del
estado mayor y la gerencia son para arribar a la mejor decisión.
Desafortunadamente las decisiones en la mayoría de los casos no han sido
las más viables. Veamos algunos ejemplos.
La decisión de no investigar a profundidad el caso
de la salida de los tanques Dragoon el 26 de octubre de 1.988 desde
Fuerte Tiuna al Ministerio del Interior ¿Fue un acto de piratería
militar o una razonada decisión política civil?
La permanencia de Hugo Chávez en las filas
militares, después de tantas reuniones conspirativas y expedientes
instruidos durante la década de los 80 e inicios de los 90 ¿Fue una
planificada gerencia de la crisis por factores militares o una
deliberada piratería de los políticos de la época?
El 4 de febrero de 1.992, especialmente la fase antes de la crisis y la
etapa durante el desarrollo del golpe de estado en los errores del
proceso de toma decisiones ¿son consecuencia de la piratería militar de
los altos mandos de la época o del filibusterismo político responsable?
¿Qué calificación puede atribuírsele al entonces senador Rafael Caldera en su famoso discurso del 4 de febrero de 1.992
en el Congreso Nacional? Húmedas como estaban las calles de Caracas,
con la sangre de venezolanos inocentes que cayeron bajo las balas de los
militares felones de aquella ocasión y en plena gerencia de la crisis,
el ex presidente en lugar de defender la democracia, justificó el golpe.
La patente de corso que le expidió la misma democracia que contribuyo a
establecer, la constitución de 1.961 que refrendó y su condición de
senador, le sirvieron para justificar el golpe de estado, bajo el
argumento del hambre. El mismo, por cierto, que uso el Teniente Coronel
Chávez en su condición de presidente el 2 de febrero de 1.999, para
justificar que un venezolano robara.
La decisión de sobreseer a muchos de los involucrados en el golpe del 4
de febrero de 1.992 y su reincorporación a las filas militares ¿fue
acertada en el tiempo? Esta variable se ha encargado de confirmar que
fue un error. Esa piratería es atribuible ¿a quién?
¿Qué
calificación puede atribuírsele al entonces Presidente de la Republica
Rafael Caldera en su famoso sobreseimiento del mes de marzo de 1.994
mediante el cual Hugo Chávez salía de la cárcel? ¿Fue una piratería esta
decisión? ¿Un acto de gobierno bajo la patente de corso del Comandante
en Jefe, para que Hugo Chávez asaltara la Presidencia de la Republica
por la vía electoral el 6 de diciembre de 1.998?
Las opiniones de todos los sectores en aquella
oportunidad fueron favorables al sobreseimiento de Hugo Chávez y
validaron una decisión que otra vez el tiempo se encargo de colocarle la
bandera de las tibias cruzadas y certificar que el pueblo en algunas
ocasiones no tiene la razón.
Pero además, cuantos venezolanos ayudaron abiertamente después del
resultado electoral del 6 de diciembre de 1.998, para que la piratería
asaltara la republica y desmontara el estado de derecho amparado en la
Constitución de 1.961 ¿Quién le dio luz verde al proceso constituyente
de 1.999? Destacados constitucionalistas de tronío, brillantes abogados,
enjundiosos periodistas, refulgentes bi, tri y tetra borlados de
ilustres universidades y de distintas profesiones se encargaron de
argumentar las decisiones de aquella oportunidad y de abrirle el camino
de la dictadura constitucional a Hugo Chávez.
Así como estas decisiones anteriores, hay una
variopinta de errores que no son exclusividad del sector militar, los
cuales han permitido el oxigeno político al régimen de la Revolución
Bolivariana y del Socialismo del siglo XXI.
La decisión conclusiva y terminal que pondrá el sello final a esta
coyuntura política corresponderá a todos, pero aunque a muchos duela sea
cual fuere el camino (electoral o constitucional), el fiel de la
balanza estará en el peso de las decisiones institucionales de la Fuerza Armada Nacional.
Por eso es que, ojo, hay que tener mucho cuidado cuando se generaliza en
atribuirle el poder y el ejercicio del Teniente Coronel Presidente a
los militares; estos simplemente prestaron el origen profesional, su
ignorancia en algunas ocasiones, la cobardía en muchas, la ineptitud y
la ingenuidad en las mas de las oportunidades. Simplemente fueron el
medio para los fines de otros, que no son precisamente los piratas
militares.
Los piratas militares del 4 de febrero de 1.992 son ahora los corsarios de la 5ta Republica,
con la licencia para gobernar y ejercer obscenamente en la nomenclatura
roja rojita, pero la patente se la expidieron los mandos civiles en
aquella oportunidad. Eso es más que historia.
Mientras eso ocurre, hay mucho venezolano comiéndose su carne al bucán, esperando su oportunidad de buen viento y buena mar.
Antonio Guevara Fernández