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14 abril 2020
REFLEXIONES DEMOCRÁTICAS
Por: Humberto Marcano
Rodríguez
NARRACIONES HISTÓRICAS CONTEMPORÁNEAS
La Historia como tal es ciencia
de la verdad, porque proviene de
la investigación no empírica, profunda
de los hechos ocurridos con anterioridad, el historiador en sus
investigaciones debe apartarse
del personalismo y los mitos así como de
leyendas sin fundamentos; centrándose en
la verdad de sus investigaciones, cuando se trata
de personajes, no solo puede poner de relieve las virtudes
del investigado sino sus defectos
como ser humano, no debe
divinizar a priori sobre el
investigado sino tratarlo como un ser
humano, se aparta de la verdad el historiador que
solo se apega al endiosamiento de los personajes. De igual manera en sus
investigaciones, debe situarse en el
tiempo de los hechos a los fines de
acercarse a la verdad buscada,
porque es un científico en sus investigaciones sin importar el tiempo dedicado. El historiador no debe
creerse dueño de la verdad, por más profunda que sea su
investigación la misma puede
ser cuestionada y es donde
tendrá que hacer valer sus
argumentos científicos e investigativos.
GENERAL EN JEFE MANUEL CARLOS PIAR
General en Jefe, Manuel Carlos Piar, cuyo nombre completo es: MANUEL CARLOS MARÍA FRANCISCO PIAR, General en Jefe del Ejercito Republicano, caso único en la historia militar contemporánea;
ascendido a ese Grado por la propia tropa
que comandaba, obligándose el
Libertador ante el hecho consumado a reconocerle oficialmente el grado. Manuel Carlos
Piar nació en Caracas el 28 de abril de
1774 y murió en Angostura el 16 de octubre 1817.
Desde siempre Manuel Carlos Piar, se convirtió en
un enigma en lo tocante a su nacimiento y a la verdadera razón o sin
razón de su ajusticiamiento, en la cúspide
su gloriosa carrera militar; coronado
por sus resonantes victorias,
lleno de gloria, nunca demostró
envanecimiento aún cuando de las
24 batallas que libró, solo una le fue
adversa. El silencio
que han mantenido la mayoría de
los historiadores sobre las investigaciones
que se han realizados al respecto deja mucho
que desear; actitud
derivada de que de salir
a flote toda la verdad histórica sobre
el fusilamiento del General Piar
y ello como es lógico de pensar empañaría la imagen del Libertador, dadas las implicaciones familiares
como las rivalidades militares y
la envidia que este
siempre demostró hacia Piar.
Sin
embargo dos grandes historiadores
venezolanos como son Bartolomé Tavera
Acosta y Francisco Herrera Luque, han
desmentido la versión oficial sobre
los padres de Manuel Carlos Piar,
versión donde se ha
afirmado que era hijo de un canario llamado Manuel Piar y de una mulata de nombre María Isabel Gómez, sin embargo junto
a los Historiadores antes mencionados hay también otras tres
versiones, donde todas coinciden en afirmar que la verdadera madre de Manuel Carlos Piar fue SOLEDAD BELEN XEREZ DE
ARISTIGUETA, conocida en la más alta sociedad caraqueña de la época
como una de las nueve musas
Aristigueta, por la belleza de esas
hermanas (Prima hermana el
Libertador) y como se dijo anteriormente, la madre de Manuel Carlos Piar fue esa
bella mantuana y que su padre fue
Don Juan Vicente Bolívar y Ponte, padre
del Libertador, aunque también llegó asegurarse que el padre era Don Marcos Rivas Betancourt, padre del General José Félix Rivas ( Incluso
en una oportunidad en Cumaná, El
General Rivas, le manifestó a Piar, “Soy
tu hermano, por parte de mi padre y
antes de
morir me encomendó que velara por
ti, por lo tanto cuenta siempre conmigo”. (Manuel Piar, Caudillo
de dos
colores, Francisco Herrera Luque).
También se comento fuertemente,
que el padre de Piar era el Príncipe
portugués, José Francisco de Braganza, príncipe heredero
de la Corona portuguesa, de paso
por Caracas para la época y asiduo contertulio
de la familia Xerez de
Aristigueta: sin embargo históricamente se apunta
a que Manuel Carlos Piar era hermano
del Libertador, de allí se
desprende el odio que Bolívar
siempre demostró en público contra Piar y es histórica la expresión, cuando oyó
la descarga de los fusiles al momento
del fusilamiento del General Piar al
decir “ he derramado mi propia sangre”, comentario sostenido en su auto biografía por el Almirante
Luis Brión, un hombre totalmente
afecto al Libertador, no
olvidemos que esa es la razón primordial porque
Bolívar nombró al Almirante Luis Brión
Presidente de la Corte Marcial que juzgó
al General en Jefe Manuel Carlos
Piar.
En las investigaciones realizadas tanto por Francisco Herrera Luque como por Bartolomé Tavera
Acosta, se determina que fue precisamente para evitar el escándalo
social que estallaría en aquella
sociedad mantuana que el niño concebido en el vientre de
Soledad Belén, naciera en el
convento donde había sido recluida
y que de inmediato fuera entregado a un marino canario Capitán de una
goleta que efectuaba viajes entre La
Guaira y Curazao, personaje ligado por
vínculos de sangre a la familia Xerez Aristigueta, llamado Fernando Piar, y siendo criado en Curazao
donde residía la mujer de este
marino, una mulata llamada María Gómez. De igual manera todas las personas que conocieron a Manuel Piar coincidían en afirmar
que era una persona más alto que bajo, blanco con pecas, nariz perfilada, de ojos azules, pelo rubio, liso ondulado,
de porte y modales
regios, lo que lo aleja totalmente de ser un mestizo, un mulato como despectivamente lo llamaba Bolívar en su ausencia cuando se
dirigía a él, situaciones
claras del antagonismo que demostraba siempre contra Piar. Dos situaciones son claras
en el antagonismo que demostraba Bolívar contra Piar,
por un lado la posible certeza
que fuera su medio hermano y por otro, la envidia que se desprendía ante la gran habilidad militar demostrada constantemente por
Carlos Manuel Piar. Considerado imbatible tanto
en la planificación como en el
desarrollo de los combates; donde
luchaba siempre al frente y al lado de sus hombres, rivalizando en osadía
y valor con ellos y por eso
sus hombres lo adoraban, en las
marchas solía acompañar a la
infantería caminando con ellos, no demostrando nunca cansancio y
comiendo del mismo rancho de la tropa.
De allí que fueran
sus propios soldados quienes lo ascendieron a General en Jefe, caso único
en la historia. El ejercito de Piar a
través de los años de lucha
y de su constante integración con
ellos, fue modelado y formado por él,
estaba conformado en su
casi totalidad por orientales, con los
cuales convivía día a
día compartiendo alegrías y penurias,
lo que lo convertía en un verdadero líder militar de
esos indómitos y orgullos soldados republicanos…….
La descripción física que históricamente se ha hecho
del General Piar, lo aleja
totalmente de haber sido hijo de una
mulata, casi negra, tomando en cuenta lo dominante de los genes de la raza negra, otro detalle entre tantos,
es el caso de la hija
del General Piar, nacida de su matrimonio, la cual es descrita de fisonomía igual a él, blanca caucásica, de igual manera para
reforzar más la tesis de que no era ningún mulato, Piar se
caso en Curazao con una dama holandesa y
el matrimonio se celebró
en la propia residencia del Gobernador holandés
de la isla, ambas cosas
imposible de llevarse a cabo de haber sido Piar
hijo de una mulata, dado a la rigidez de las leyes
de razas existentes para la
época. De hecho la mulata María Gómez no pudo
asistir a ese
matrimonio, por su condición de tal,
de igual y por la mima razón
Fernando Piar que era canario, jamás pudo obtener el permiso para casarse con la mulata María Isabel Gómez.
El General en Jefe Manuel
Carlos Piar, en el juicio que se
le siguió, fue acusado por
los delitos, de insubordinación, sedición, deserción y conspiración, sin
embargo cuando analizamos varios hechos y siempre apegados históricamente a razonamientos de reputados historiadores, como los ya indicados anteriormente, era de
conocimiento general que a Simón Bolívar si algo le contrariaba y enardecía era precisamente que no estuviesen de acuerdo
con él siempre y quizás esto también influía en su animosidad contra
Piar, quien en muchas oportunidades
le contradecía. Hay dos hechos históricos
que no pueden pasarse por alto
y que descartan por completo esa
acusación de insubordinación.
El primer, sucede en una Junta
de altos Oficiales recién
celebrada en Barcelona, y es precisamente
la voz y la determinación de Piar y el
conocido ascendiente de este entre las
tropas, la que se impone para que Bolívar
sea reconocido como Comandante en Jefe
de los ejércitos; y el
segundo caso se desarrolla, precisamente en Angostura. Allí
en el apogeo de sus gran y
rotundo triunfo en la batalla de San
Félix, donde Piar se había cubierto de
gloria al vencer en esa memorable batalla
a los realistas, formando su ejército y en contra de la, opinión de sus oficiales de este ejército victorioso le entrega a Bolívar el
mando, posteriormente el Libertador al
asegurar su autoridad con la
llegada del General Bermúdez al frente
de otro ejército y él cual era enemigo
de Piar desde los tiempos de la
campaña de oriente, deja sin mando
a Piar y lo confina como un
simple administrador de las
haciendas que allí en el Cuyuní tenían los Misioneros, acción infame y vejatoria, pero que Piar
acata el mandato a pesar de estar
al tanto del total descontento existente
entre los oficiales y soldados del que había
sido su ejército, que veían como
el Libertador en forma canallesca le
pagaba en esa forma la nobleza y
la subordinación de Piar a la lucha
independentista, por lo tanto no
podía justificarse en el juicio esa acusación de insubordinación. No podía acusarse
de desertor al General Manuel Carlos Piar, por cuanto al verse postergado de mando y
confinado a las Misiones de Cuyuní
como un simple administrador de una hacienda y ante la insistencia abierta totalmente de
sus oficiales para que regresara
a recobrar su mando, prefirió en bien de la unidad y la salud de la lucha independentista en otra acción de nobleza, solicitarle
al Libertador su baja del servicio, baja que le
fue concedida de inmediato por Simón Bolívar
sin consultar con el Estado Mayor
por tratarse de un General en
Jefe. Junto con el documento de baja se le hizo entrega de un Salvo conducto para poder
trasladarse a cualquier sitio de
Venezuela, ambos documentos firmados por el propio Libertador.
Cuando el General Piar bajo engaño
fue arrestado por el General Cedeño
en el pueblo de Aragua de Maturín,
estaba vestido de civil y acompañado
apenas de dos sirvientes civiles, mal entonces podía ser un desertor quien poseía
una certificado de baja y un
salvoconducto, ambos documentos firmados por el Libertador. ¿Cómo entonces se le podía
acusar de desertor?
Descartadas históricamente las
acusaciones de deserción e insubordinación, quedan entonces las acusaciones
de sedición y conspiración; ¿Cómo pensar
que Piar estuviese conspirando
contra la autoridad del Libertador?, si
en Barcelona un año antes había hecho
reconocer la autoridad de Simón Bolívar
en aquella Junta de
Altos Oficiales, donde la mayoría no aceptaban
a Bolívar como Jefe Supremo,
si hubiera estado en contra del Libertador, le bastaba con callarse la
boca y tampoco lo hubiera llamado a Angostura una vez
finalizada la gran batalla de San Félix, para hacerle públicamente la entrega
del mando de las tropas en
contra de la opinión y deseo de sus
propios oficiales, de todo esto se
desprende la total animosidad de Bolívar contra Piar y una vana
pretensión envidiosa al ver en este noble oficial como era
admirado y elogiado por las
tropas que comandaba y
que lo seguían ciegamente en el campo de batalla al considerarlo a pesar
del alto rango uno más entre
ellos, para Bolívar a pesar de todos los actos de nobleza
de Piar este no representaba sino un rival, por eso a
pesar de la baja concedida, quizás pensó que lo mejor era eliminarlo, y
que mejor manera de hacerlo
que a través de
ese pensado y amañado juicio,
pues en el mismo se determino que casi todos los testigos presentados, declararon
a favor de Piar.
En el acto de
fusilamiento de Piar, quien se
enfrentó al pelotón de fusilamiento portando su uniforme
de General en Jefe y todas las condecoraciones que poseía, no acepto
ser vendado ni maniatado y de no
haber sido por los mensajes enviados
a sus oficiales y la toma
de la ciudad por las tropas de
José Francisco Bermúdez, se hubiera presentado ese día un levantamiento militar, sin embargo,
fueron centenares de tropas y oficiales los
que esa misma noche desertaron, porque no aceptaban estar bajo el
mando del Libertador después
de lo acontecido con el General
Piar.
La enemistad
de José Francisco Bermúdez contra Manuel Piar, se remonta a la célebre
campaña de oriente, en
Maturín en el año 1813 después de haber sido arrebatada la ciudad de Maturín a los realistas por
Bernardo Bermúdez (hermano de José Francisco) y Piar, Maturín es de nuevo
sitiada por grandes contingentes
de tropas realistas y ante la ambigüedad y dilación
que presentaba Bernardo Bermúdez
para hacerle frente a los realistas,
hablando hasta de capitulación, Manuel Piar en un acto de audacia, le arrebató
el mando a este, atacando con
coraje e inusitada rapidez, en una carga
arrolladora derrotó a las
fuerzas realistas sitiadoras a
pesar que triplicaban en número a los
patriotas.
Al ser
acusado Piar por los delitos
antes mencionados y formada La Corte Marcial que habría
de juzgarlo, Piar elige como su defensor al Capitán Fernando Galindo, un
mantuano primo hermano del Libertador, quien por su condición de godo también adversaba
públicamente a Piar; pero una vez que se
entrevistó con este y oyó sus versiones
de los hechos y tras examinar minuciosamente los
documentos relativos a lo que se
debatía, quedó totalmente
convencido de su inocencia de los
delitos que le acusaba el Libertador, de allí
que termina la defensa de
Piar con una brillante página, que a
pesar de
que la mayoría de las actas del
juicio misteriosamente desaparecieron, ésta aún se
conserva.
Así termina el Capitán Fernando
Galindo, la defensa del General en Jefe
Manuel Carlos Piar:
¿Cómo acusar al General en Jefe Manuel Carlos Piar, de delitos tan graves como los
de insubordinación, sedición,
conspiración y deserción, un abnegado combatiente republicano, que en una rutilante carrera
militar, en pocos años de lucha de 24 batallas emprendidas contra las fuerzas
realistas, apenas una le fue adversa,
culminando con la gloriosa y magistral batalla de San Félix
donde se llenó de gloria
derrotando totalmente al ejército
español al mando de un veterano militar
como es el General Miguel de la
Torre y Pando, segundo en el mando del
ejército del General Pablo Morillo, jefe
del ejército expedicionario
español en Venezuela, en esta batalla
Piar aseguró la total independencia de toda la Guayana. Un General
que ha demostrado en diferentes ocasiones su fidelidad a la patria y al Libertador Simón Bolívar? Con franqueza
total clamo ante esta Corte Marcial que es para mí un verdadero enigma, que el General en Jefe Manuel Carlos
Piar se a la vez fiel y traidor,
subordinado y no obediente, sumiso a la autoridad suprema y a la vez sedicioso.
La prueba más elocuente de mis argumentos sobre la inocencia del General en Jefe Manuel Piar, es que el año pasado, hecho conocido por todos ustedes y aquí en esta sala hay algunos de los presentes allí, en la ciudad de
Barcelona en una reunión de generales
del ejército, se opuso rotundamente
ante los que pretendían desconocer la autoridad suprema del Libertador Simón Bolívar, y fue su
posición a ultranza la que prevaleció.
De igual manera un General que
acaba de terminar una gloriosa batalla para las armas de la república
donde se llena de gloria como ha sido la
batalla de San Félix, al frente de su
ejército victorioso que lo ha seguido por años, ordena
públicamente al señor Intendente Zea, que salga de inmediato en busca del Libertador para
que venga a Angostura hacerse
cargo de la Jefatura Suprema del
victorioso ejército republicano y que luego
al presentarse El Libertador, en
un acto público con todo su
victorioso ejército formado y en
presencia de la población de San Félix,
le hace entrega del mando del mismo al Libertador Simón Bolívar, en contra de la opinión de sus
oficiales.
Si el General en Jefe Manuel Carlos Piar fuese un traidor, sedicioso o
conspirador, no hubiera obrado como lo
hizo en Barcelona y mucho menos como lo
ha hecho con tanta abnegación y nobleza
ahora en Angostura. Desertor, no puede
ser desertor, quien formalmente solicita la baja de los servicios y la obtiene firmada
precisamente por el propio Jefe Supremo
General Simón Bolívar, acompañada la misma
de un salvo conducto para poder trasladarse a cualquier parte de Venezuela.
Señores de esta Corte Marcial,
solicito que mi defendido El General en Jefe Manuel Carlos Piar,
sea declarado inocente de todos los
cargos que en su contra se han formulado, no hay pruebas en contrario, ni
testigos que lo acusen.
Sin embargo a pesar de todas las
pruebas presentadas por el Capitán
Fernando Galindo (muerto misteriosamente
en el sitio del Rincón de Los Toros), Piar
fue declarado culpable y condenado a muerte
sin muchas deliberaciones, llama la atención que tanto
para el pueblo de Angostura como para
las tropas este juicio fue una pantomima, ya que antes
de dictarse la sentencia
esta era conocida, quedando patentizado en todo esto
que la intención total de Simón Bolívar era salir de Piar; le temía y sabía que Piar gozaba de un gran prestigio en las tropas, por
otra parte Bolívar era uno de los grandes mantuanos de Caracas y desde su infancia
se acostumbró a no aceptar que nadie lo contradijera y menos que le hiciera sombra y Carlos Piar, hombre llano, sin
complejos y de trato fácil tanto como
oficial subalterno como de General, lo que lo hacía demasiado
amado por la tropa, a la vez de ser un imbatible soldado, exponiéndose en los combates con gloria y fogosidad compitiendo en
valentía y coraje con sus soldados,
dando ejemplo de valor al rivalizar con ellos en el apogeo de las batallas, esto aunado a su llaneza de trato, usando su mismo lenguaje, todo esto era motivo suficiente para que un hombre como Bolívar pensara que su
presencia le hacía sombra,
históricamente queda demostrado
que si Piar gana para la República la región de Guayana con la
brillante Batalla de San Félix, en Angostura pierde la
república uno de sus más valientes y brillantes Generales.
Manuel Piar regresa a Angostura en calidad de detenido, confiado
en el mensaje que de parte de Bolívar le
transmitió el General Cedeño, al decirle, según
consta en una de las actas del
juicio, ”Mi General hay estos cargos contra usted, El Libertador desea limpiar su nombre, se le hará un juicio, donde el Tribunal estará presidido por su amigo El Almirante Luis Brión, a los
fines de adsorberlo y posteriormente
nombrarlo segundo jefe del mando supremo, tanto es así, que
se le mandado a confeccionar un
nuevo uniforme de General en Jefe”, lo que deja evidenciado que el General Cedeño formaba parte en la
conjura contra Piar, de igual
manera todo indica que también estuvo comprometida la integridad del Almirante Luis
Brión.
Punto de vital importancia en
esta investigación, ha sido la revisión
profunda del libro “DIARIO DE BUCARAMANGA”, Escrito por Perú de la Croix. Perú de la
Croix, es un oficial del ejército francés quien había venido a
Venezuela desde su patria para incorporarse a las tropas republicanas donde se había distinguido y para el momento de las notas para este libro,
fungía como edecán secretario del Libertador y se encontraban en Bucaramanga en
espera de las noticias del
desarrollo de la Convención de Ocaña,
Perú dice en su libro, que allí Bolívar
le relato lo siguiente; “Todos
estos Generales son hombres recios y firmes, difíciles pero al final
todos son manejables, con la excepción
de Manuel Piar, quien parece que nació
para ser libre como el viento y no tener
jefe, inmune a los halagos, un tipo que nació
para ser jefe, yo lo estudié midiéndolo, entonces entendí
perfectamente que había que acecharlo y tenderle una trampa como que fuera un perro con mal de rabia y como
tal me propuse y no solté los hilos hasta verlo caer ante el pelotón de
fusilamiento, aplicando así el refrán,
muerto el perro se acabó la rabia”.
Nota; Como historiador e
investigador, aspiro que más
temprano que tarde habrá de saberse toda la verdad histórica sobre la vida
del General Jefe Manuel Carlos Piar en su
corta y meteórica vida ofrecida al ejercito republicano en su lucha independentista, de quien se sabe nunca cobró un salario por
los servicios prestados ya que
poseía una gran fortuna personal. Llama
la atención históricamente, que por los
cargos que fue enjuiciado y condenado a
muerte el General Manuel Piar, en
momentos que tanto necesitaba de sus servicios la patria, esos mismos
delitos fueron cometidos varias
veces por Juan Bautista Arismendi, José
Francisco Bermúdez, José Tadeo Monagas, José Félix Rivas y Santiago Mariño y
siempre fueron perdonados por el
Libertador y nunca fueron acusados
por éste ni llevados ante un tribunal, por lo tanto queda la duda ¿Por qué entonces Piar?
Humberto Marcano Rodríguez
Correo: hjmrodriguez@gmail.com
Twitter: @Hmarcanor
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
ANALES DE GUAYANA Bartolomé
Tavera Acosta
MANUEL PIAR, CAUDILLO DE DOS COLORES Francisco Herrera Luque
BOVES EL UROGALLO Francisco
Herrera Luque
BATALLAS DE VENEZUELA 1810—1824 Edgar Esteves González
LOS ORIENTALES Francisco
García Tosta
HISTORIA DE VENEZUELA J.
M: Siso Martínez
HISTORIAS BOLIVARIANAS Eloy
G. González
FRANCISCO MIRANDA Ricardo
Carrasco
DIARIO DE BUCARAMANGA Perú
de la Croix
BOLÍVAR EN GUAYANA Manuel
Alfredo Rodríguez
A mi gran y
fraternal amigo desde nuestra infancia en las
aulas del Colegio J. J. MARTINEZ MATA. En nuestro amada ciudad
Carúpano Doctor Cesáreo José Espinal Vásquez. Jurista de muy amplia y conocida trayectoria.
IMAGEN: Por cortesía de Noticias de Nueva Esparta