Rafael Gallegos
*NO HAY SILENCIO QUE NO TERMINE*
Este Título está tomado del libro de Ingrid Betancourt, donde relata los terribles siete años y medio en los que estuvo secuestrada por la FARC. "Encadenada del cuello a un árbol, desposeída de toda libertad, la de moverse, sentarse, o pararse, hablar o callar, la de comer o beber, y aun la más elemental de todas, la de aliviarse el cuerpo…". Palabras que muestran las condiciones inhumanas a que fue sometida la ex senadora colombiana, que no tienen nada que envidiar a las condiciones de los campos de concentración nazis.
A su vez Ingrid Betancourt, tomó el título de su libro de un verso de un poema de Pablo Neruda, titulado "Todo Poder":
Si no se saben mis palabras
no dudes que soy el que fui.
No hay silencio que no termine.
El Silencio de la secuestrada Ingrid Betancourt se puede resumir en su frase "desposeída de libertad". Siete años y medio de Silencio que por momentos la desmoralizaban y derrotaban, porque parecía que no iban a terminar jamás. Sin embargo cuando menos lo esperaba… fue liberada.
Ya se resignaba a morir en la selva colombiana, o a pasar muchos años allí. Un día se da la increíble Operación Jaque: "Los helicópteros fueron pintados de blanco en plena selva, en un campamento secreto donde a lo largo de un mes el equipo se entrenó, ensayando con la más estricta disciplina el plan de la operación. Lograron interceptar las comunicaciones de César y Enrique con su jefe, el Mono Jojoy. Éste creía que hablaba con sus subordinados, cuando en realidad lo hacía con el ejército colombiano. También César y Enrique pensaron que recibían órdenes de Jojoy…".
Engañados, los comandantes César y Enrique se montaron con sus secuestrados en un supuesto helicóptero de la Cruz Roja. Creían que se dirigían a un arreglado encuentro con periodistas europeos, por órdenes del nuevo jefe de las FARC, Alfonso Cano.
Cayeron en la trampa, en pleno vuelo fueron anulados y amarrados.
Ingrid Betancourt no podía creerlo cuando oyó:
- "Somos el Ejército de Colombia. Están libres".
En un segundo, pasó de la depresión a la gloria más sublime. El prepotente comandante César yacía a sus pies, en posición fetal, reducido, amarrado. Así terminan los déspotas. Como Hitler, del cual un soldado ruso al verlo muerto en el piso dijo ¿y este pedacito de hombre era Hitler?; o como Mussolini, colgado al revés por el mismo pueblo que lo aplaudió hasta el delirio.
Para Ingrid, había terminado el Silencio…
SILENCIOS DEL SIGLO XX
El Silencio de Ingrid Betancourt también lo padecen los pueblos cuando viven largos años "desposeídos de libertad". El siglo XX estuvo lleno de Silencios. Como los cuarenta y cinco años de países silenciados tras la cortina de hierro cuyo gesto más emblemático fue la caída del Muro de Berlín. En pocos meses acabaron todas las dictaduras de Europa Oriental. Al poco tiempo se desintegraría la URSS y con ella los setenta años de Silencio comunista.
VENEZUELA
El castrismo, el gomecismo y el perejimenizmo suman un largo Silencio de cuarenta y seis años del siglo XX venezolano. Como no hay silencio que no termine cada uno acabó, con sus particularidades. Castro finalizó traicionado por su compadre. Gómez se dio el lujo de morir en su cama rodeado de familiares y aduladores. Pérez Jiménez fue sorprendido por una insurrección militar.
Hoy, en pleno siglo XXI, los venezolanos transitamos otro largo Silencio. Al decir de Ingrid Betancourt, los venezolanos estamos: desposeídos de libertad..
… De libertad de trabajar porque la "revolución" acabó con las empresas, con el agro, con la cría, con los comercios, con Pdvsa, con el hierro, la bauxita, el aluminio.
...De la libertad de comer, porque el país tiene los ingresos más bajos de América Latina (sueldo mínimo treinta veces más bajo que el de Haití) que se reflejan, entre otros aspectos, en niñez desnutrida hoy y limitada mañana. "Decirle a un hombre que es libre sin que tenga un pedazo de pan con qué comer, es como soltar a un individuo en el medio del mar y explicarle que está en libertad de llegar nadando hasta la costa".
… De la Libertad de disfrutar de los años dorados (en realidad años negros por tanta carencia), porque una pensión de tres dólares mensuales es una NO PENSIÓN. Es decir, en Venezuela no hay como se jacta el gobierno, cinco millones de pensionados… no hay ninguno, porque tres dólares no es pensión, es humillación. No hay pensiones, como en Cuba… ¿Qué tal?
… De la libertad de elecciones libres, por los abusos del ventajismo gubernamental, la suspensión e inhabilitación de partidos y líderes, los "protectores" y el árbitro rojo.
… De la libertad de abrazarnos y besarnos con cinco millones de hijos, nietos, padres y hermanos, aventados a otros países por la desesperanza.
El socialismo del siglo XXI se ha convertido en un largo Silencio como el de Ingrid Betancourt, como los de Castro Gómez y Pérez Jiménez, como los de la revolución soviética.
EL JUEGO SE ACABA CUANDO SE ACABA
Y claro, hay desesperanza, hay derrota y hasta entrega. Pero los ejemplos que hemos recordado son con la intención de aclarar que el juego se acaba cuando se acaba. Que no hay Silencio, por más profundo que lo sintamos, que no termine.
Mi padre, el inolvidable Rafael Gallegos Ortiz me contaba que en 1957, luego del "triunfo" de Pérez Jiménez en el plebiscito, no tenía ninguna esperanza de interrumpir su exilio en Ecuador y regresar a Venezuela. Que el primero de enero del 58 se ilusionó con la intentona de Hugo Trejo. Pero que pasaban los días y no sucedía nada.
En Guayaquil - todavía no había llegado la televisión - tenían un radio muy viejo para oír las noticias de Venezuela. Alrededor de él se colocaban los numerosos exiliados, esperando día a día la caída del régimen. A veces había que pegar el oído al suelo para escuchar bien. Pasaba enero y nada.
Me contaba papá que una noche se dio por derrotado y le dijo a mi queridísima madre Olga, Me voy a dormir, aquí no va a pasar nada. Mamá se quedó sola en el recibo, rezándole a la Santísima Trinidad y con la oreja pegada del piso para poder captar las noticias. En la madrugada anunciaron que la Junta Militar presidida por Wolfang Larrazábal tomaba posesión del gobierno y que Pérez Jiménez había huido al extranjero.
- Rafael Ángel, cayó Pérez Jiménez – corrió mi madre a despertarlo.
Y el largo Silencio del exilio dio paso al olvido. Se transformó en jolgorio
Papá no podía evitar recordar cuando apenas hacía un mes, en la calle, una gitana le había tomado la palma mano y dicho, Usted pronto volverá a su país. Y él, observando la solidez del régimen dictatorial, tomó esas palabras como pamplinas. Las había olvidado… hasta ese momento.
Siempre es así. Los cambios no avisan. Por ello los venezolanos de hoy tenemos que dejar de ver los toros desde una desanimada barrera. Es imperativo llenarse de valor y optimismo, organizarse y eso sí, exigir al liderazgo Unidad y Estrategia. Que establezca una Ruta Unitaria hacia la Libertad.
Porque como dicen los llaneros, la noche es más oscura antes del amanecer. Pregúntenle a Ingrid.