Un obispo británico aconsejó a las iglesias que dejen de poner agua bendita en las pilas para tratar de frenar la pandemia de gripe porcina, que ya ha provocado 17 muertes en Gran Bretaña.
"Algunas iglesias disponen de una pila de agua bendita cerca de la puerta de entrada y la gente está invitada a mojar los dedos y santiguarse en recuerdo de su bautizo", explicó el obispo de Chelmsford, el reverendo John Gladwin, en una serie de directivas enviadas a los sacerdotes de su diócesis de Essex.
"El agua contenida en las pilas puede convertirse fácilmente en una fuente de contaminación y en un medio para que el virus se propague rápidamente", subrayó. "Esta práctica debería cesar", agregó.
El obispo estimó que las pilas de agua bendita sólo deberían volverse a llenar cuando haya concluido la pandemia y aconsejó que "sólo el sacerdote beba el vino del cáliz".
El obispo anglicano también sugirió a los sacerdotes que recomienden a sus feligreses con síntomas gripales que se queden en casa y eviten las visitas a domicilio. En caso de necesidad, precisó que los religiosos deberían llevar guantes estériles, delantal y mascarilla.
Pese a todas estas directivas, el obispo indicó que "no es nuestra intención en este momento provocar pánico o exagerar la gravedad de la situación".
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