Cárcel Militar de Ramo Verde, 26 de enero de 2011.
“JUSTICIA, LIBERTAD y DEMOCRACIA”
El 15 de mayo de 1992 un grupo de oficiales que se encontraban prisioneros en el Cuartel “San Carlos” de la ciudad de Caracas, por haber insurgído contra la democracia el 04
de febrero de ese año, se pronunció por intermedio de una misiva para
denunciar los atropellos cometidos en su contra. En esa esquela, hacían
del conocimiento público –entre otras- a las supuestas acciones
realizadas por las autoridades políticas y militares, quienes ejerciendo
presión sobre el Poder Judicial, lograron que un número considerable de
estos detenidos fueran trasladados a las instalaciones de la Cárcel de
“Yare”
Entre
los firmantes de la referida carta, estaban el hoy dictador de esta
republica y su incondicional delfín, Arias Cárdenas. Dicha
correspondencia era dirigida “Al Pueblo de Venezuela; Al Excelentísimo
Nuncio Apostólico; A los Colegios de Abogados; A la Conciencia Jurídica
del Mundo; A la Juventud Militar y A sus Compañeros de Armas” Lo denunciado en ese entonces, aparte de lo ya comentado, también hacia referencia a La
falta de independencia en el Poder Judicial; Los excesivos poderes del
presidente de la republica, pero en especial, la conducta sumisa y
genuflexa del Coronel Ramón Moreno Natera, quien se desempeñaba como
juez militar que llevaba la causa de los golpistas y cumplía al margen
de la ley –según lo señalado en la misma- todo lo ordenado por sus superiores.
De lo expresado, quiero transcribirles un extracto que considero oportuno. Planteaban en el mensaje “Recusamos
ante la opinión publica, al juez militar que conoce de nuestra causa,
por considerarlo persona no idónea… por carecer de independencia y
autonomía, ya qué actúa servil y obedientemente no conforme a la ley,
sino a los mandatos del presidente de la republica y de su ministro de
la defensa. Este juez con su conducta, pone de manifiesto que en
Venezuela no existe un Poder Judicial autónomo e independiente, como el
que consagra nuestra Constitución Nacional”
No conformes, continuaban “Trátase
de un juez vasallo, que sepulta el estado de derecho y deshonra a la
magistratura militar… Aquí en Venezuela, los poderes del Estado se
encuentran concentrados en manos del jefe del ejecutivo. Es decir,
vivimos bajo un régimen AUTOCRÁTICO y TOTALITARIO de gobierno…
Ciertamente, el juez militar Ramón Natera, no ha actuado, ni podrá
actuar como representante del Poder Judicial…”
En
ese traslado que se efectuó en horas nocturnas de aquel año de 1992,
las autoridades judiciales y del ministerio de la defensa –recuérdese
que el Cuartel “San Carlos” era una cárcel militar- permitieron la
presencia de testigos que dieran fe que el referido hecho estaba
ajustado al debido proceso. Estuvieron presentes en esa
ocasión, los Monseñores, Mario Moronta y Diego Padrón, Obispos
Auxiliares de Caracas; el Padre Arturo Sosa, en representación de la
Iglesia. También asistieron, Ramón Escovar
Salom, Fiscal General de la República; en compañía del Dr. Antonio
Herrera, Director General de la Fiscalía y el Padre Luís María Olaso,
Director de los Derechos Humanos.
El
Dictador (Hugo Chávez) con frecuencia es peyorativo, burlesco y hasta
emplea un vocabulario escatológico, para referirse a la Cuarta
Republica, a sus violaciones en materia de derechos humanos y a la falta
de autonomía judicial, causantes entre otras razones -según éste- de la
insurrección del 4-F. Todos sabemos qué ocurrió en ese
periodo, por lo que no voy a justificar los abusos y excesos cometidos
por sus autoridades. Así como tampoco puedo omitir, qué la madre de
todas las perversiones fue LA IMPUNIDAD que predominó en ese entones.
Pero, cuando hacemos las comparaciones de esos 40 años con estos 12 de
total satrapía, tal hecho debería generar en nosotros una profunda
reflexión, sobre cual será nuestro futuro y el destino de nuestros
hijos.
Si
comparamos el trato dado en ese entonces y el proporcionado a muchos de
los presos políticos en la actualidad por este régimen, la diferencia
es abismal. Como muestra, comparemos dos casos en particular, el de los
diputados electos, Biagio Pilieri y José Sánchez (Mazuco) a quienes
nuestra Carta Magna, los ampara con “Inmunidad Parlamentaria” Sin
embargo, aún permanecen tras la rejas con sendos juicios, por demás
irritos y atroces. Ante tanta ignominia y abuso gubernamental, nos
preguntamos ¿A estos diputados como al resto de los
presos políticos, se les ha respetado el estado de derecho? ¿Qué ha
pasado con el debido proceso? ¿Se les ha seguido un juicio justo?
¿Cuántas
veces hemos visto a la Fiscalía General de la Republica o a la
Defensoría del Pueblo, opinar sobre las aberraciones que se han cometido
contra Pilieri, Mazuco u otros presos políticos? ¿A qué Organismo,
Institución u ONG le han permitido que actúen como testigos en algunos
de estos juicios, o lo más lamentable, cuando se presentan los esbirros
de esta dictadura, a atropellarnos y golpearnos? Para complementar estas incógnitas, inquiero al respecto ¿Existe
en este país, autonomía judicial o de algún otro Poder? ¿Puede ser
autónomo un Poder cuyos miembros cuando se apertura el año judicial,
desde su presidente hasta el último obrero, gritan
–abierta y descaradamente- consignas partidistas en apoyo al hombre que a
diario jura pulverizar a sus oponentes políticos?
Son
muchas las interrogantes y pocos son los funcionarios que puedan dar
una respuesta sensata y ajustada a nuestro ordenamiento jurídico, sin
que primero, sopesen en las consecuencias políticas y económicas que les
pueda acarrear emitir una opinión que los transformará en un objetivo
militar de esta revolución. Sin embargo, tenemos un hecho sin
precedentes en esta era del terror, dos de los escabinos del juicio del
Dip. Pilieri, armándose de valor se levantaron e hicieron público lo que
siempre hemos denunciado ¡LAS DECISIONES EN LOS JUICIOS POLÍTICOS, VIENEN DE LOS MÁS ALTOS NIVELES DEL PORDER CENTRAL! La
jueza del caso Pilieri, no tuvo otro camino que desaparecer para no
dictar sentencia. Desde Caracas, irrespetando el fallo de los escabinos
quienes lo declararon inocente, anularon el juicio y se ordenó radicar
una nueva causa en la ciudad capital.
¡AMANECERÁ y VEREMOS! Mientras ello ocurre, considero que debo finalizar el presente escrito, con la misma cita hecha por los sediciosos (la cual pertenece a un militar retirado que injustamente fue condenado) en la misiva de aquel 15 de mayo de 1992 cuando denunciaban las injusticias de las que -según ellos- eran objeto. ¡Jamás! ha existido tanta justificación como ahora para gritarles a esos JURISTAS DEL HORROR
“Hombre cretino y soez,
cuyas sentencias oprimen,
tú no eres un juez del crimen
sino un crimen hecho juez”
Otto Gebauer
“SECUESTRADO”
Por el Dictador Hugo Chávez.