Cesar Guillén
Citterio
EL COMUNISMO,
RAICES DE UN FRACASO. (2)
Este modelo es desde
sus inicios y lo sigue siendo ahora, un concepto muy utópico y general en sus fundamentos
teóricos, pero preciso en su objetivo final que es la toma total y absoluta del
poder. Alcanza su meta, como resultado de un proceso de agitación, manipulación
y lucha, en medio de circunstancias que le son propicias a sus ideas.
Un reducido grupo asume el poder con la excusa de estar representando a los pobres o “Proletariado”. El caldo de cultivo es el de un pueblo que ha estado “sometido y marginado” por un sistema que nos lo toma en cuenta. Esta estrategia no ha cambiado nada desde sus comienzos.
Como el problema de la injusticia, de la libertad y el de la igualdad han sido comunes a través de la historia, la humanidad ha tratado a través de los grandes hombres de pensamiento, de conseguir un modelo político y social que le permita en la práctica la solución relativa o parcial de estos males.
Esta inquietud por alcanzar un modelo de sociedad ideal, ha sido un anhelo desde los griegos a través del ensayo de “La Republica” de Platón; luego en la edad media con el filósofo ingles Thomas Hobbes y su obra “Leviatán” e inclusive desde la visión religiosa del mundo en el tratado “Suma teológica” del monje cristiano, Santo Tomas de Aquino.
Esto permite darnos cuenta de que esa lucha por un mejor modelo de convivencia humana no es nuevo, que no es propiedad de ninguna ideología y del que tampoco se haya encontrado en el presente una solución definitiva a esa situación que ha acompañado a la sociedad humana desde sus orígenes.
Sin embargo, es por ese afán propio del ser humano de persistir en esa búsqueda interminable de la justicia y la igualdad, que se ha moldeado con sus errores y aciertos, la historia de la humanidad.
"Adhuc Stantes"