Educando a Maduro
José
Vicente Carrasquero A.
Uno
se va cansando de tener un presidente que es motivo de burla universal. La
gente no sabe si tomarlo en serio o si por el contrario dejar pasar sus
declaraciones. El discurso errático y a veces sin sentido hace pensar que el
chavismo cree que la popularidad crece con la sola presencia en televisión.
Para hablar hace falta tener una buena base de datos de cosas que decir y
además, haberse entrenado bien en esto de hacer uso de la palabra, sobre todo
frente a los medios de comunicación.
Como
muestran las encuestas, el rechazo a Maduro es bastante grande. Cuatro de cada cinco
venezolanos lo culpan de lo que está pasando en Venezuela. Peor que eso, la
inmensa mayoría de los venezolanos no espera del primer mandatario las
soluciones que el país necesita. La imagen de Nicolás se ha desgastado porque
la gente se cansó de oírlo vociferar, amenazar, prometer y no cumplir.
En
ese sentido hace falta mencionarle a Maduro algunos puntos que hacen
indetenible su caída. Comencemos por lo que considero esencial. La sola mención
de Chávez no es suficiente para recuperar la confianza en tu gestión. A nadie
le gusta que lo pongan a pasar trabajo. Lamentablemente, tu gobierno ha llevado
la calidad de vida del venezolano a una situación muchísimo peor que la que
encontró esta clase política en 1999. Hace falta tomar medidas arriesgadas que
reconduzcan el rumbo de una economía que empeora día tras día haciéndonos
perder competitividad internacional y presencia en el concierto de las
naciones.
Es
menester informarte que la Constitución le atribuye al cargo que desempeñas, la
obligación de cumplir y hacer cumplir la legislación venezolana. Cuando en un
arranque de fingida bravuconería se te ocurre la brillante de idea de decir que
si pierdes la asamblea, como efectivamente pasará, vas a formar un gobierno
cívico militar y no se que otro cuento, estás faltando a esa Constitución que
tu predecesor impulsó en 1999. En un país serio, y no en el circo en el que tú lo has
convertido, el resto de las instituciones habrían accionado en tu contra o al
menos te hubiesen llamado la atención. Vale la pena decir que por mucho menos
de eso, tú y tus esbirros han ordenado apresar a cientos de venezolanos.
En
un ataque de bipolaridad discursiva, amenazas a Lorenzo Mendoza con la cárcel
al tiempo que pides a los empresarios aumentar las exportaciones. Debo
informarte que tu gobierno carece de forma absoluta de la capacidad de generar
la confianza necesaria para que los empresarios inviertan. También es necesario
instalar un gabinete económico ya que tu administración carece de uno. Tienes a
unos individuos que sumados no hacen un estudiante a punto de aprobar el primer
semestre de economía. Aunque no lo creas, del lado de la izquierda que dices
representar, hay economistas que saben lo que hay que hacer para cambiar la
ruta al despeñadero en la que metiste a Venezuela.
Maduro,
la confianza no se exige. Uno genera en la gente sentimientos que los llevan a
sentir que somos o no personas en las que se puede creer. Te ha dado por
bloquear, aunque no te corresponde, la observación electoral que todo el mundo
exige. Si como dice tu delegada para asuntos comiciales, tenemos el mejor
sistema electoral del mundo, se te presenta una oportunidad de oro para
demostrarle al planeta tu compromiso con la democracia. Al menos para que
algunos crean.
Cuando
en tus discursos dices que si la revolución pierde vendrán tiempos de masacre
cometes varios errores. El que menos te importa es que vuelves a violar la
Constitución que juraste defender. Segundo, estás cometiendo un delito peor que
el que le indilgan tus huestes judiciales a los presos políticos. Eso te deja
ante el público como un tipo lleno de contradicciones y por lo tanto poco
creíble. Finalmente, te enfrentas el efecto boomerang, es decir, la gente te va
perdiendo miedo porque te percibe como un hablador de sin sentidos que nunca
cumple lo que promete.
Maduro,
para la mala suerte de muchos, tu ocupas un cargo que debe ser ejercido en pro
de todos los venezolanos. No es pueblo el que está contigo y enemigo el resto.
Esas enseñanzas de Fidel no funcionan en estos momentos en los que no tienes
dinero para respaldar tu populismo barato.
Las encuestas te lo demuestran. El rechazo a tu gestión es sideral.
Incluso, muchos de los pocos que te apoyan piensan que tu gestión es un
desastre.
Eso
de ganar las elecciones como sea te quedó pésimo. Andar sembrando pánico entre
la gente se llama terrorismo. Cuando se hace como una práctica que viene del
alto poder con la anuencia del resto de las instituciones se llama terrorismo
de Estado. La verdad es que pareciera que estás haciendo todos los méritos para
ser juzgado ante tribunales internacionales por crímenes contra la humanidad.
Finalmente
y para no agotarte, no hay manera de que tu partido gane las elecciones si la
gente percibe que tu no tienes lo que se necesita para resolver los problemas
que los afectan. Lo que te queda es tomar medidas necesarias. Por supuesto, las
previstas en la Constitución. Tienes que ver como haces para gastar menos, para
mejorar la capacidad adquisitiva del venezolano, resolver de una vez por todas
el problema del abastecimiento, detener la devaluación continua de la moneda,
enfrentar a la delincuencia y el narcotráfico y rodearte de gente que sepa de electricidad,
de economía, de seguridad, de relaciones internacionales, etc. Tienes que
borrar de la mente de los venezolanos que en realidad no te interesa
desempeñarte en el cargo como un presidente sino como jefe de una facción.
De
otra forma Maduro, lo único que te queda es renunciar o esperar que el pueblo
te revoque. En todo caso, tu suerte está en tus manos.