SOMBRILLA AÉREA Y COMUNICACION AERONÁUTICA, EN LA VISITA PAPAL, DE 1985.
Por: Coronel ® (Av.) Sammy Landaeta Millán. Relato FAV. Venezuela.
Hablando recientemente por teléfono con Humberto Keep Esquivel, quien reside en Puerto Ordaz, Estado Bolívar, Venezuela, le hice mención, de estar evaluando la posibilidad de relatar, una experiencia aeronáutica, vivida en Ciudad Guayana, en la primera visita de Juan pablo II, a nuestro país, y en virtud de dicha conversación, con mi antiguo compañero, de la Escuela de Aviación Militar (EAM) de la Fuerza Aérea Venezolana, decidí concretar, el presente texto: SOMBRILLA AÉREA, Y COMUNICACION AERONÁUTICA, EN LA VISITA PAPAL, DE 1985.
Inicialmente, me permitiré hacer tres precisiones que nos enmarcaran, en el cuerpo general del escrito, a saber: Una SOMBRILLA AÉREA consiste en ejecutar un procedimiento aeronáutico de seguridad con aviones o helicópteros armados o artillados y activados con poder de fuego, aire superficie, para uso exclusivo de la seguridad de personalidades, convoyes, caravanas, buques militares o mercantes y concentraciones, mítines o sepelios de líderes gubernamentales, políticos o religiosos, en el ámbito internacional. La Segunda se refiere a las comunicaciones que van desde el aire con las operaciones terrestres con preminencia de las comunicaciones aeronáuticas, por intermedio del control de tránsito Aéreo (ATC) y la posible reacción de otros medios aéreos, y la tercera, se refiere a ilustrar que algunas aeronaves de alas rotatorios de la FAV, para el año, en cuestión, confrontaban una pérdida de capacidad operacional, por el tiempo de servicio del Sistema de Helicópteros Sud-Aviation SA316 Alouette III / https://es.wikipedia.org/wiki/Sud-Aviation_SA316_Alouette_III de fabricación francesa, y se manifestaba en una inoperatividad de las comunicaciones VHF (con la torre de control) en forma intermitente, y por causas indeterminadas.
Podíamos referir, que en relación con este último aspecto, ya habíamos tenido una experiencia de navegación silente, desde la base Aérea Buenaventura Vivas Guerrero (BAVIVAS) con sede en Santo Domingo, Estado Táchira, hasta la Base Aérea El libertador (BAEL) en Palo Negro, Estado Aragua, en un helicóptero AL-III, controlado por las torres de Santo Domingo, Guanare, Barinas, Acarigua, Valencia y BAEL, mediante la transmisión, del plan de vuelo, por vía telefónica y monitoreado por BABIVAS, Barinas y BAEL, que hoy NO nos da pena decirlo, ante la comunidad aeronáutica nacional, porque así volábamos, y son vivencias recordadas, y hasta sufridas, en los antiguos AL-III, de la Fuerza Aérea Venezolana.
Para comenzar con el relato en cuestión, les indicio que fui comisionado para Puerto Ordaz para hacer unos sobrevuelos a la caravana papal, desde el Aeropuerto Internacional Manuel Carlos Piar, hasta el sitio de la concentración y viceversa, y refiero que cuando llegué a la base Aérea Tcnel. (Av.) (+) Apolinar Méndez (BAMENDEZ) en Puerto Ordaz, me dirigí al Comando para presentar a mi coronel (Av) Carlos Andrés Wildman White, mis saludos, respetos y novedades, quien me recibió en su comando, muy amablemente, porque ya nos habíamos conocido, en otras operaciones FAV.
La novedad principal consistió en informarle que, para llegar hasta ese sitio, me había desviado hasta la siembra de pinos, del proyecto Uverito motivado al mal tiempo que debía bordear y medianamente nos arropó y la segunda que llegué al aeropuerto de Puerto Ordaz haciendo alaveos (virajes sucesivos de los planos) para indicarle a la Torre de control, que NO tenía comunicaciones y luego aterricé, una vez que dicha torre, me dio, luz verde, para hacerlo.
Esta última novedad impacto a mi coronel Wildman White, quien me dijo que el Comando unificado de la zona en concordancia con la Jefatura de Seguridad Papal, habían programado tres sobrevuelos, uno de recorrido perimetral, el día anterior, en la tarde; uno acompañando la caravana al sitio de la concentración; y un tercero con un toque técnico en las empresas de Guayana específicamente en SIDOR y escoltar de nuevo la caravana hasta el aeropuerto, y por supuesto, había que hacerlo.
El Jefe de Máquina o Artillero, que estimo era el ST2 (Av.) José Pons Ruíz, por la opinión que hoy da el Coronel (Av.) Eugenio Silva Malavé; hizo todo lo posible por arreglar el equipo VHF de nuestro Al-III, bajo mi mando, como capitán de nave, pero el equipo, NO respondió, y quedó como si se le hubiera incorporado una clave de SILENCIO DE RADIO.
Pero gracias a Dios, en la zona, el Servicio de Comunicaciones de la Fuerza Aérea Venezolana, había colocado una unidad móvil de comunicaciones, que NO sabría definir si era un Jeep o un camión Shelter, y allí nos proporcionaron una alternativa operacional, para cumplir con la misión encomendada, con un relativo margen de seguridad. Ahora los vuelos, se harían controlados por un radio portátil, que usaba el operativo de seguridad en tierra y que a la par, instalarnos detrás del asiento del Piloto, contiguo a la posición del Artillero de puerta, que estaba detrás de mi persona, y junto a una torreta, que albergaba, una ametralladora: M-60.
Al otro día llegó El Falconiano, el DC9-30 de la Línea Aeropostal Venezolana, que traslado a Juan Pablo II, a Puerto Ordaz. Mi coronel Carlos Andrés Wildman White, en lenguaje aeronáutico me dijo: ¡Tú lo tienes Sammy! Y se sumó a las autoridades regionales que darían la bienvenida al ilustre visitante, acompañado muy cerca por el arzobispo de la Diócesis de Ciudad Bolívar, y las imágenes de ese evento, las tomaba el Señor Enrique Romero, fotógrafo de la Base Aérea, quien también voló con nosotros en el primera misión en función de hacer los recorridos de las aéreas parceladas y tomar unas fotos de las calles contiguas, aledañas o perimetrales, de la diversas manzanas destinadas para la concentración de feligreses, y de esas fotografías, el Señor Romero me regaló varias y mandé a hacer un pequeño afiche de Juan pablo II, que acompaño por siempre, a mi difunda madre, en su cuarto principal de la casa de nosotros, allá en El Tigrito. Estado Anzoátegui.
Hicimos nuestra segunda misión de sobrevuelo custodiando la caravana papal y nuestras comunicaciones se efectuaron sin novedad, utilizando para ello el Equipo Portátil AN/ PRC-77/ https://en.wikipedia.org/wiki/AN/PRC-77_Portable_Transceiver como apoyo aeronáutico, radio que también portaban los efectivos del operativo terrestre y que conocíamos, por los ejercicios cuando éramos cadetes y por la dotación que tenía el tercer pelotón de paracaidistas del Grupo aerotransportado Aragua (GATAR) donde me había desempañado como su comandante de tropas, en mis primeros 2 años de Subteniente, y allí comprobé, que lo que se aprende, NO se olvida.
Estuve a menos de 10 metros del Papa Juan Pablo II, uniformado con mi braga de piloto de la Fuerza Aérea Venezolana y ostentaba el grado de Capitán. Terminada la Homilía, e iniciado el canto de Adrián Guacarán, bajé desde la tarima, hacia el sitio de la concertación y en la misma ubiqué a mis tías maternas, María Angelica Millán de Lárez (Machía) y Magdalena Millán de Santaella (Malengo) quienes habían asistido en la delegación de la Parroquia de San José de Guanipa (El Tigrito) Estado Anzoátegui y además conseguí, a Darío Rodríguez, como integrante de la delegación que vino de Margarita. Estado Nueva Esparta, para dar la bienvenida al Santo Padre, y mientras saludaba a a mis familiares, escuchaba que algunas personas decían: ¡Ese es el hijo de GACHA! como popularmente conocían a mi difunta madre, y por las voces que provenían de quienes me reconocían, sentí un inmenso orgullo, como venezolano, de estar en un evento de tal magnitud, pero NO me detuve mucho tiempo, porque debería regresar a mi sitio de alerta.
Terminamos esa misión sin novedad, el Falconiano de Aeropostal despegó hacia Maiquetía y en horas de la noche, de ese día, mi coronel Wildman White compartió con nosotros la cena, y algunos de los profesionales desplegados por la Fuerza Aérea Venezolana, para la seguridad de la visita papal, NO desperdiciaron la ocasión para tomarse fotos en el Papamóvil, que quedó bajo custodia transitoria, en BAMENDEZ, y el Sr. Enrique Romero, tomaba las fotos, y particularmente, NO quise tomarme, ninguna.
Me permito destacar, que el Museo de Transporte de Venezuela hizo un pormenorizado relato en el artículo Traslados de Juan Pablo II en Venezuela 1985 y 1996 sábado, 26 de abril de 2014. En nuestros mejores YV. Cita: El 29 de enero, el Vicario de Cristo ofreció una misa en Ciudad Guayana, a donde llega también en el mismo Douglas DC-9-30 ‘El Falconiano’, de Aeropostal. Centenares de miles de personas, en su mayoría obreros y campesinos del Oriente y sur de país acudieron a la eucaristía. La voz del niño Adrián Guacarán fascinó al Pontífice. En la homilía Juan Pablo II reivindicó la prioridad del trabajo frente al capital. Con una bendición a Venezuela y su gente culminaba su visita de cuatro días al país. Fuente: http://museodeltransportecaracas.blogspot.com/2014/04/traslados-de-juan-pablo-ii-en-venezuela.html?m=1
Reseña fotográfica: Su Santidad aparece por la puerta de ‘El Falconiano’. Indira Chollet de Mejías ofreció esta fotografía con la leyenda siguiente: “El capitán Arsenio Roldán López, que trajo al Papa Juan Pablo II a Puerto Ordaz, en un vuelo de la Línea Aeropostal Venezolana, en la primera visita a Venezuela; es mi padre”.
De igual forma, como NO se hizo, mención a los helicópteros en la primera visita Papal podemos argumentar, que el Grupo aéreo de Operaciones Especiales número 10 con sede en BAEL, presto el apoyo con helicópteros Alouette III de la FAV, en la Ciudad de Caracas al mando del capitán (Av.) Armando Cuicas Vargas quien, por exigencias de la misión de seguridad papal, se vio en la necesidad de hacer varios vuelos nocturnos, sobre la ciudad, y el Capitán (Av.) Sammy Landaeta Millán, en Puerto Ordaz, objeto de este relato y además de un Helicóptero UH-1H, equipado con camillas, para Evacuación Aeromédica donde el Coronel (Av.) Eugenio Silva Malavé asegura que se desempeñó como Jefe de Máquina, en BAMENDEZ, y nos remitió unas fotografias.
De izquierda a derecha: Víctor Palencia Alarcón, Rey Salas, Eugenio Silva Malavé, José Casadiego Cordero, Sammy Landaeta Millán, Gerardo Hidalgo Varela y agachado: Simón Figueredo.
Finalmente me permito destacar, que el 29 de enero de 1995, fue un día muy soleado, en ciudad Guayana, y el 30, me fui a despedir de mi Coronel (Av.) Carlos Andrés Wildman White para informarle que regresaría a BAEL, y me preguntó que como haría, con las comunicaciones y le contesté que el radio VHF del helicóptero estaba funcionando perfectamente. ¿Cómo lo arreglaste? y le contesté: se arregló solo, o sería el intenso Sol que hizo ayer.
Pero mi Coronel (Av.) Carlos Andrés Wildman White me dijo, que quizás también podría haber sido por la bondad y grandeza de Dios, por la presencia de Juan Pablo II en la región, que permitió, que se restablecieran las comunicación del Al-III, y hasta podría considerarse, como un milagro, que pudiese regresar sin riesgos o preocupaciones a BAEL, después de solventar la inoperatividad de la comunicación VHF abordo del helicóptero Al-III, que obligo a incorporar un Equipo Portátil AN/ PRC-77, para la ejecutar, la SOMBRILLA AÉREA, Y COMUNICACION AERONÁUTICA, EN LA VISITA PAPAL, DE 1985.
Cita: "Dios concede la victoria a la constancia”.
@ProtestaMilitar
Naguanagua, 4 de Abril de 2021
PD: Gracias a la Fuerza Aérea Venezolana por permitirnos relatar, aspectos de su Historia NO contada.
FOTOGRAFIA SUPERIOR: Imagen referencial al texto, de fondo un Helicóptero Alouette III de la FAV, y se observan de izquierda a derecha, los profesionales: José Catalino Sotillo, Sammy Landaeta Millán, Eugenio Silva Malavé y José García Sordo.
FOTOGRAFIAS INFERIORES: Relativas al evento de seguridad papal. Todas las imágenes por bondad del Coronel (Av) Eugenio Silva Malavé