El Saqueo del Fondo de Pensiones de PDVSA
Por: Humberto Marcano
Venezuela, 02-05 2011....
ALGO SOBRE MENEJOS EN PDVSA, QUE SEGUN EL MITOMANO
AHORA ES DE TODOS, SERA DE TODOS LOS LADRONES ENQUISTADOS EN ESTE
NEFASTO REGIMEN
En
la campaña electoral de 1998 Hugo Chávez denunciaba que PDVSA era una
“caja negra” que no informaba sobre sus operaciones. En realidad, como
la petrolera colocaba papeles financieros en el mercado de valores
norteamericano, sus finanzas eran revisadas cuidadosamente en Estados
Unidos. PDVSA tenía que hacer reportes frecuentes a las autoridades y
esa información era de libre acceso por los interesados. La fulana caja
negra no era tan negra.
Esa
supervisión “imperialista” no podía ser aceptada por los financistas
revolucionarios. No se calaban una supervisión que estorbaba
determinados movimientos de fondos. Revolución no tolera auditoria.
Llegado
Chávez al poder, PDVSA dejó de reportar a la Comisión de Valores de los
Estados Unidos, y no colocó sus emisiones de bonos y otros papeles en
ese país. Este proceso de desmontaje que cerró los canales de
información y control lo inició Tobías Nóbrega y lo han continuado sus
sucesores en el Ministerio de Finanzas, cumpliendo instrucciones de
Jorge Giordani. Este último, junto al teniente Alejandro Andrade, han
sido la bisagra entre Chávez y los operadores financieros del Gobierno.
Se asegura que hace poco Giordani logró expulsar a Andrade de ese
exquisito círculo donde se manejan cientos de billones de dólares.
Giordani no tiene credenciales como banquero de inversión, por lo tanto
alguien lo está asesorando en la materia de alquimia financiera. Entre
sus asesores se cuentan banqueros chavistas que ahora están entre rejas
por ejecutar negocios en desmedro del tesoro nacional. De esos
tenebrosos laboratorios salieron las míticas notas estructuradas y otros
papeles que han enriquecido obscenamente a un pequeño grupo de
boliburgueses.
Esa
banda convirtió a PDVSA en el principal especulador en el mercado
nacional de valores. Además sirvieron como financistas, intermediarios y
testaferros en compras de varios bancos y casas de bolsa. También
utilizaron dólares del Estado para realizar operaciones cambiarias
ilegales obteniendo beneficios de hasta 30% diarios. Este elevado nivel
de corrupción en las finanzas públicas permitió el crecimiento de
poderosas bandas, generando fortunas fabulosas para los involucrados. En
este tinglado, Illaramendi, nombrado a dedo por Rafael Ramírez, era una
pieza fundamental. Este individuo de 42 años es socio de Eudo Carruyo,
joven de 40 años, hijo del Director de Finanzas de PDVSA, Eudomario
Carruyo.
Carruyo
Jr. al igual que su padre, fue empleado en el área financiera de “la
nueva PDVSA”. Debido a ciertas investigaciones incómodas, Carruyo Junior
decidió irse a Miami, donde aparte de su lujosa propiedad en Coral
Gables, compró un apartamento en Brickell Key por $1.7 millones y un
vehículo Lamborghini valorado en $200 mil. El año 2005, Carruyo Jr. se
estrelló manejando este carro bajo los efectos del alcohol. En el
accidente murió su acompañante, Tulio Velandia. El Junior fue detenido y
salió en libertad bajo fianza de $100 mil. El pago de la fianza a ABC
Bell Bonds fue hecho por Guido Antonini Wilson, el famoso gordo del
maletín en Argentina. El propio Antonini reveló que el dinero de la
fianza se lo había dado Willmer Ruperti. ¿Quién le dio los reales a
Ruperti? Posteriormente, Carruyo Junior no se presentó a la audiencia
prevista en la corte de Florida y se le libró orden de captura. Anda
huyendo. Hay personas que aseguran haberlo visto recientemente en
Caracas. Al efecto existe en internet una requisitoria ofreciendo una
recompensa. Por su parte, Carruyo padre tiene una casa en Miami valorada
en $4 millones, según reportó Noticiero Digital.
Illaramendi
tenía la confianza de la familia Carruyo. Su trabajo no se limitó a
manejar sin rendir cuentas los 2 mil millones de dólares del Fondo de
Pensiones. Además controlaba la estructura financiera internacional de
la propia PDVSA por órdenes de Rafael Ramirez a través de José Rojas.
El
caso del Fondo de Pensiones da una idea escalofriante de cómo se maneja
“la nueva PDVSA”. Ese fondo es manejado por la propia PDVSA y no por
sus dueños, los jubilados. Rafael Ramírez contrató a Illaramendi para
que trabajara en PDVSA. Luego lo designa a dedo como administrador del
Fondo de Pensiones. Illaramendi actuaba ilegalmente sin control gracias a
la confianza que en él se tenía en el más alto nivel de PDVSA. Entre
sus hazañas está el haber invertido más de mil millones de bolívares
fuertes en Baninvest, faltando pocas semanas para que éste colapsara.
Por supuesto, ese dinero se perdió. Baninvest fue el Banco que Arné
Chacón Escamillo y Pedro Torres Ciliberto compraron a medias. En esa
negociación Arné no puso un centavo.
El
modus operandi era sencillo. Illaramendi “invertía” dinero del Fondo de
Pensiones para reflotar a Baninvest y evitar su desplome. A cambio de
fungir de intermediario Baninvest pagaba una comisión a Illaramendi,
quien supuestamente la repartiría entre los demás involucrados. El mismo
procedimiento se utilizó con los bancos propiedad de Ricardo Fernández
Berrueco (Ban Pro, Bolívar, Canarias y Confederado).
El
contacto de Illaramendi en Baninvest, Juan Hormao, fundó una empresa de
maletín en un paraíso fiscal. Illaramendi fingía “invertir” dinero en
esa empresa y Hormao aceptaba haber recibido el “préstamo”. Cualquier
auditor novato hubiera descubierto esa burda trampa. La inversión en la
empresa de energía nuclear fue parecida. Allí se invirtieron cientos de
millones de dólares para comprar acciones a un precio inflado de una
empresa que va camino a la quiebra.
Es
posible que Illaramendi denuncie a sus cómplices para así reducir la
condena que le fue impuesta en Estados Unidos. Si esto ocurre se
produciría un agujero importante en la cúpula de la petrolera estatal.
En
la pasada interpelación en la Asamblea Nacional, el ministro Ramírez
negó tener que ver con el Fondo de Pensiones de PDVSA. Pero la junta
directiva de PDVSA aprobó la inversión de $540 millones del Fondo de
Pensiones en una empresa controlada por Illaramendi lo cual es un
flagrante conflicto de interés. El control del Fondo lo ejerce Carruyo,
el director de Finanzas de PDVSA. PDVSA es entonces responsable por esos
fondos y debe resarcir a sus trabajadores por esas pérdidas. Con dinero
de los demás venezolanos.
Por
supuesto, Ramírez y Carruyo deben ser destituidos y sometidos a juicio.
Si el Gobierno Nacional no toma acción contra estos dos sujetos,
quedaría claro que hay colusión y que la dirección de esta pandilla está
en el tope de la pirámide.
Giordani
debe corregir la afirmación que hizo en la AN de que en la Oposición
está la escoria de Venezuela. Esa escoria la tiene Giordani más cerca de
lo que creía. Aun nos faltan otras informaciones
que hay que cotejar y organizary averiguar su contenido y precisión,
pero se las iremos haciendo saber sobre todo este antro de corrupción
que existe en este regimen dizque revolucionario, mejor dicho de
ladrones
Remisión: Yayitta Rainiero
IMAGEN: Medios24
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