Carta pública de Richard Blanco
“LA UNIDAD POR VENEZUELA NO ES UN CAPRICHO, ES UNA OBLIGACION”
Venezolanos y venezolanas, caraqueñas y caraqueños todos!!
Esta mañana cálida, donde las altas temperaturas convierten este pequeño y oscuro calabozo en una suerte de horno de cocina, sentado en mi rustica cama de concreto y en compañía de la soledad que durante siete largos meses ha compartido conmigo este gris espacio, he decidido escribir esta sencilla pero muy sentida carta con el único interés de seguir insistiendo en la necesidad de construir, por el bien del país y de nuestra gente, los espacios de unidad que definitivamente permitirán que todos juntos, sin importar las imaginarias barreras políticas o sociales, reconstruyamos desde sus cimientos la patria grande que en estos momentos atraviesa por una de sus peores crisis.
La unidad por Venezuela no es un capricho, es una obligación, es la actitud responsable de quienes apostamos a un futuro mejor y pleno de oportunidades para todos por igual. La unidad de la que hablo no debe verse como un simple y coyuntural pacto electoral de cara a los comicios del próximo 26 de septiembre, es algo que trasciende mucho mas allá de este importante evento electoral, es lograr la reconciliación nacional, es el reencuentro entre todos los venezolano para juntos trabajar y enfrentar con responsabilidad histórica la grave crisis de suministro de electricidad y agua, el desbordamiento de la inseguridad, el desabastecimiento de alimentos y medicinas, el alto costo de la vida, el desempleo, el déficit de viviendas dignas, la crisis de la salud, la ausencia de justa y equilibrada administración de justicia, cárceles llenas de presos políticos y desterrados por pensar distinto, la falta de independencia de los Poderes Públicos y el constante irrespeto a la Constitución Nacional y las leyes de la República. En esa unidad creo y por ella abogo con mucha esperanza desde mi calabozo.
Hoy, cuando quienes durante 11 años se han burlado del pueblo y de sus necesidades comienzan a verse acorralados por los reclamos de la gente que se siente frustrada frente a las tantas promesas incumplidas y el ofrecimiento de impulsar una era de profundos cambios sociales que aun no llega, han decidido iniciar una nueva escalada de persecuciones y atropellos en contra de líderes de la sociedad democrática, que como yo, solo sueñan con un destino cierto y mejor para el país, hago un llamado a la Venezuela decente a pensar primero en la patria y dejar a un lado los intereses personales o de grupos parcelarios. Pero nada de esto nos hará débil frente a los grandes desafíos que como nación tenemos por delante. La tristeza y la melancolía debemos convertirla en energía, en fuerza creadora que nos permita en 2010 superar todos los obstáculos que coloquen en nuestro camino y así avanzar a pasos agigantados hacia un horizonte pleno de esperanza, alegría y muchísima paz, que es en definitiva lo que la inmensa mayoría de los venezolanos anhelamos con suprema ansiedad. Nada puede hacernos débiles, la unidad nos fortalecerá.
Desde mi cautiverio, desde la adversidad por la que atravieso, he decidido asumir el reto de seguir luchando desde la Asamblea Nacional por el país que sueño. Los invito a acompañarme en este reto asumido, en ser protagonistas de la historia bonita de nuestro país que comienza ya a escribirse en lienzos de libertad. Los invito a hacer realidad los anhelos de tanta gente que siente que llegó el momento de dejar atrás los odios, el revanchismo y la violencia; yo por mi parte ya perdoné a quienes injusta e ilegalmente me mantienen secuestrado por defender la integridad física de un funcionario policial que pretendía ser agredido; mi alma no alberga rencor en contra de ellos. Venezuela quiere paz y yo me anoto en las filas de quienes están dispuestos a dársela.
Por último quiero agradecer todas las demostraciones de afecto y solidaridad que he recibido durante estos largos siete meses. A los partidos políticos y sus dirigentes, de forma especial a Alianza Bravo Pueblo, todo mi respaldo, a la sociedad civil mi reconocimiento, a los medios de comunicación mi admiración eterna, a mi madre el orgullo de ser su hijo, a mis hermanos, a mi esposa Mandy mi lealtad, a mis hijos Richard Humberto, Valeria y Andreína mis bendiciones constantes por ser la razón de mi existencia, a mis compañeros de trabajo temple y fuerza para seguir, a Oscar Pérez el compromiso de volvernos a abrazar y soñar juntos, a todos mis amigos y amigas del alma siempre consecuentes, a Mitzy sed por sus consejos, y de manera muy particular a mi hermano y siempre guía el Alcalde Antonio Ledezma, fuente de inspiración permanente y testimonio fiel de que no podemos doblegarnos frente a las adversidades.
Venezuela, muchas gracias por su solidaridad, nos reencontraremos pronto en LIBERTAD!
Que Dios los bendiga.
Desde la cárcel de Yare.
RICHARD BLANCO
Prefecto de Caracas
Preso Político