Octubre 27, 2012
El Gran Fraude del Siglo
Por Carlos E Méndez
Aunque no podamos probarlo, ya que no se le puede
pedir explicación a una máquina blindada, todo el país y el mundo saben
que el 7-10 en Venezuela se cometió el gran fraude del siglo. No es que
antes no se hayan cometido otros fraudes menores, ni se haya irrespetado
la voluntad popular en los referendos. Pero esta vez se trata de un
colosal y descarado abuso que atenta contra la salud política, moral y
espiritual de toda la nación. Habría sido mejor hacer la guerra, antes
que rendirse ante un gobierno fraudulento y por ende ilegítimo. Hasta
los que obligados votaron por el reelecto, estaban esperando un
pronunciamiento para cobrarles su abuso.
Faltó quien descalificara al ganador por doping
político y le otorgara el premio al contendor. Ese sentimiento de
frustración cual burbuja hipotecaria explotará mas temprano que tarde y
salpicará a todos aquellos comprometidos con esta canallada. Ninguna
sociedad digna puede aceptar convivir mucho tiempo con semejante afrenta
y permitir que el mal prevalezca sobre 28 millones de personas. El
tiempo o el momento de Dios es ahora o nunca. Hagamos el ultimo
sacrificio y veremos que no habrá pueblo que salga en defensa de estos
pillos que mantienen secuestrado al país. Salgamos este 16-D con el voto
en una mano, pero empuñando la espada de la justicia en la otra para no
dejar que nos roben la patria.
Llegó el tiempo de Dios, donde el cielo se hace
fuerte y los valientes lo arrebatan. Es el momento de expropiarles el
poder a los depredadores de la nación. Bolívar no puede venir a
ayudarnos, pero nos viene diciendo que no dejemos que ese tramposo nos
siga gobernando. Las personas que mienten, no son honestas ni consigo
misma; solo se toman tiempo para cambiar su estrategia. Un gobernante
que permite y auspicia semejante fraude, no merece nuestro respeto sino
nuestra condena. El pueblo de Venezuela y el mundo no salen de su
asombro ante semejante ignominia, ya que no solo se robaron unas
elecciones, sino que le han pisoteado la dignidad a un pueblo sin que a
estas alturas nadie pueda hacer algo al respecto por la vía del reclamo.
Desde esta trinchera seguiremos lanzando misiles hasta que se consolide
la patria.
Carlos E Méndez
- El miedo tocó a la puerta; la fe abrió y no encontró a nadie -