Asociación Civil
Gente del Petróleo
Al país y a la Contraloría
Comunicado sobre venta de refinerías en el exterior
En relación con la decisión del Gobierno Nacional de vender
el 50% de las acciones de PDVSA en la empresa Ruhr Oel, con sede en Alemania, y
el anuncio de que también se vendería CITGO, propietaria de varias refinerías
en los Estados Unidos, Gente del Petróleo denuncia que estas decisiones son
contrarias al interés de nuestro país e invita a los venezolanos a fijar
posición al respecto.
El negocio de refinación
Como es sabido, el petróleo que es extraído de los pozos
tiene que ser transformado en productos tales como gasolina, gasoil, aceites y
asfaltos para ser utilizado por los
consumidores. Estas operaciones se
llevan a cabo en refinerías que pueden ser sencillas o muy complejas. En los
inicios de nuestra producción petrolera el consumo de derivados del
petróleo era mínimo dado el poco desarrollo del país, siendo ésta una de las
razones por las que todo el petróleo se exportaba sin refinar. Posteriormente,
y por presiones del gobierno nacional, las compañías transnacionales se vieron
obligadas a construir refinerías en Venezuela. Hoy, contamos con las refinerías
de Puerto La Cruz, de El Palito y del Centro de Refinación de Paraguaná (
Cardón y Amuay), además de las pequeñas de Bajo Grande y San Roque.
El margen neto del negocio de refinación es el valor de la
venta de los productos elaborados, menos
el costo del petróleo que compra la refinería y menos los costos operacionales
y financieros. Evidentemente este margen puede ser mayor o menor, dependiendo
de la demanda y precio de los productos, del tipo y precio de crudo que procese
y de los costos de operación. Estos últimos están determinados por la capacidad
de la refinería para elaborar los productos de mayor valor. Así, una refinería
de conversión profunda puede comprar petróleo pesado que es menos costoso para
elaborar productos de mayor precio, lo cual le proporciona un mayor
margen.
Construir y operar una refinería requiere una elevada
inversión de capital que actualmente se estima en quince mil dólares por barril
procesado (15.000 $/b). Además, cada día los gobiernos les imponen mayores requisitos para evitar la
contaminación atmosférica, del agua y del suelo. Sin duda es un negocio menos
rentable que la extracción y venta de petróleo crudo. Por ello en el mundo se
construyen pocas refinerías, pero a los
países y empresas productores les interesa contar con estas plantas, las cuales
algunas veces producirán elevadas ganancias, en otras las ganancias serán
menores y habrá períodos de ajuste del mercado en que pueden operar a pérdida. Por
ejemplo, Ecuador debe enviar parte de su petróleo a nuestras refinerías y otros
países petroleros como Irán y México deben importar gasolina por no contar con
suficiente capacidad de refinación. Es decir, que un país o empresa que produzca petróleo, disponga de
refinerías, de una red de distribución de combustibles y además una industria
petroquímica, estará en mejor posición para enfrentar las crisis económicas
mundiales que quien solo produzca petróleo. Un concepto básico es que nunca
debe venderse una refinería en períodos cuando el margen es bajo, ya que el
precio que ofertará el comprador será poco atractivo.
La internacionalización petrolera
La estrategia de una empresa integrada con los mercados
externos fue diseñada por la PDVSA meritocrática con la aprobación del Estado
venezolano representado por el entonces
Ministerio de Energía y Minas, con la aprobación del Congreso y el visto bueno de los partidos políticos,
CTV y Fedecámaras.
El objetivo era
adquirir a bajos precios refinerías en el exterior para no depender de
los compradores de petróleo, tomando en
cuenta que la venta de crudo y productos es de primordial importancia
para nuestra economía. Cabe recordar que a mediados de la década de los
ochenta, PDVSA tuvo que recortar producción en casi un millón de barriles
diarios por no llegar a un acuerdo en cuanto a precios con los compradores de
petróleo. Además, se tomó en consideración que nuestros crudos pesados y extrapesados, con alto
contenido de azufre, eran más difíciles de colocar en los mercados y por ende
sus precios de cotización eran menores. La adquisición de refinerías en el
exterior con el objeto de “comprar” mercado, fue una estrategia bien diseñada;
además, adquirir refinerías ya existentes y adecuarlas era mejor negocio que
construirlas en Venezuela, por no disponerse
de suficiente recursos financieros.
Esta estrategia se
inició en la década de 1980, adquiriéndose la refinería de Curazao en alquiler
y comprando total o parcialmente refinerías en los Estados Unidos y en Europa.
Actualmente, la capacidad total de refinación de estas plantas en el exterior
es de 2.972.000 barriles por día, correspondiendo a Venezuela una participación
de 1.732.000 b/d. En Venezuela la capacidad de refinación es de 1.303.000
barriles por día.
Ciertamente no todas esas refinerías procesaban crudo
venezolano, pero además de ser un buen
negocio, garantizaban una mayor independencia a la hora de negociar precios con
los compradores de petróleo y que no tuviésemos que cerrar producción en caso
de no llegarse a acuerdos satisfactorios. Por otra parte, había que pensar a
mediano y largo plazo y tener en cuenta que PDVSA aumentaría su producción, en
base a su Plan de 5 años, que este régimen no llevó a cabo. En el año 2001, del
total de barriles de crudo exportado por día (2.014.000 b/d), nuestras
refinerías en el exterior procesaron el 48%, es decir 1.026.000 barriles por
día. Ese año la ganancia neta consolidada del negocio de refinación en el
exterior fue de 727 millones de dólares. La adquisición de las refinerías en el
exterior le costó a PDVSA tres mil millones de dólares ($ 3.000.000.000 );
construirlas en Venezuela tenía un costo de siete mil trescientos millones de
dólares( $7.300.000.000 ).
Caso Ruhr Oel:
Esta empresa estaba inicialmente constituida por la Veba Oel
y PDVSA ( 50 % cada una). Posteriormente BP adquirió las acciones de la Veba.
La integran cuatro refinerías ubicadas en Alemania. Como toda empresa de
refinación, ha tenido años con buenos márgenes y años de pocas ganancias. Una
de las ventajas que consideró PDVSA para asociarse con la Veba Oel fue que esta
empresa tenía una tecnología para el mejoramiento de crudos extra-pesados
y disponía de una red de distribución de
combustible a través de su filial ARAL, que con un 19% del mercado alemán era
la principal empresa distribuidora de combustible. Por otra parte, esas
refinerías cuentan con plantas petroquímicas asociadas. La capacidad de
refinación de las cuatro refinerías de Ruhr Oel es de 1.042.000 barriles por
día, correspondiéndole a PDVSA 230.000 b/d.
Por contar con estas fortalezas y además por ser hoy el peor momento
para vender, consideramos que el haber cedido estas instalaciones a los rusos
fue lesivo para los intereses nacionales. Vender por 1.600 millones de dólares
nuestra participación del 50% en cuatro refinerías y en una petroquímica,
además de una participación en el mercado de combustibles en Alemania fue un
pésimo negocio. Construir hoy un complejo de refinación que procese la actual
capacidad de Ruhr está en los 15.000 millones de dólares. Cabe reconocer que
los bajos precios del petróleo en años pasados impidieron realizar los
proyectos de adecuar estas refinerías a nuestros crudos. Periódicamente en la
PDVSA meritocrática se evaluaba el comportamiento de la empresa para determinar
la conveniencia o no de venderla y adquirir otra en los Estados Unidos. Con la actual política de asociarnos en la
Faja del Orinoco con empresas que no cuentan con tecnología, ni con músculo
financiero y tampoco con gerencia no es posible que Venezuela alcance la meta
de llegar a los seis millones de barriles por día. Esta será una prioridad para
el nuevo gobierno y en ese momento nos harán
tanta o más falta que ahora las refinerías de Ruhr Oel, las de Citgo y
las restantes que están ubicadas en el exterior.
Conclusiones:
La estrategia de la PDVSA meritocrática de adquirir
refinerías en el exterior no era comprar
plantas, oleoductos o centros de distribución, sino “comprar” mercado para no
depender de los intermediarios y garantizar la colocación de nuestra producción
petrolera que en aquel entonces se visualizaba con una tendencia a aumentar.
La venta de cualquier activo de una empresa es algo normal,
pero la misma debe estar sujeta a un profundo estudio sobre sus
consecuencias. En caso de que la venta
se considere ventajosa, es importante determinar el momento adecuado para
realizarla para poder obtener el mejor precio posible, efectuar las
consultas e informar a los accionistas,
es decir a todos los venezolanos, de los resultados del estudio y de cómo se
realizaría el proceso de venta. Con relación a la venta de nuestras acciones en
Ruhr Oel, Gente del Petróleo considera que la misma se realizó sin medir las
consecuencias futuras y en el peor momento. Esto último influyó en que el
precio obtenido fue un buen negocio para la empresa rusa y uno pésimo para
Venezuela. Denunciamos que es inmoral
que el gobierno alegue que vendió Ruhr Oel porque no procesaba petróleo
venezolano, lo cual es parcialmente cierto ya que en el 2009 se procesaron
26.000 b/d, y al mismo tiempo apruebe participar en una refinería en Siria para
procesar petróleo iraní y argelino.
Querer vender a Citgo
porque el gobierno prefiere suministrarle petróleo a China, pagando un
alto costo por el flete, para cancelar
los préstamos recibidos, o bien para no correr el riesgo de un embargo por las
demandas en contra de PDVSA que cursan a nivel mundial, merece el rechazo de
los venezolanos. Independientemente de aspectos ideológicos, para Venezuela es
mejor negocio colocar su petróleo en
refinerías propias en los Estados Unidos que en el lejano mercado chino.
Además, es volvernos otra vez vulnerables y que nuestro ingreso fiscal dependa
de los mercaderes del petróleo. Esto
cambiaría una relación comercial de muchos años con un cliente sólido y cercano
por una relación incierta con un cliente lejano.
Al no justificarse estratégicamente esas ventas, es de presumir que el objetivo del régimen es disponer de
efectivo para la campaña política del 2012 y para la compra de armas.
Por lo antes expuesto, Gente del Petróleo hace un llamado a
todos los venezolanos, sin distinción política, a rechazar el acuerdo con la
empresa rusa Rosneft y a oponernos a la
venta de Citgo. También instamos a la
Contraloría General de la República a que cumpla con su deber e inicie una
investigación sobre estas inconsultas iniciativas de la actual PDVSA.
Caracas, 9 de noviembre de 2010.
Remisión: Marcos Dietrich/Antonio Rodriguez /Eddie Ramirez
IMAGEN SUPERIOR:
La Gente del Petroleo Cabimas/ Recordados por Diego Arria los dignos trabajadores de PDVSA.
CITA E IMAGENES INFERIORES:
Cita:
“En este país se hace política gracias al sacrificio de la
gente del petróleo, ellos dieron todo algunos hasta sus vidas y aún no
hemos tenido el gesto de darles gracias por eso que han hecho por
nosotros”. Marlene de Hernández/ Municipio Simón Bolivar/ Estado Zulia.
IMAGENES: