El soldado colombiano Josué Daniel Calvo, cuarto desde la izquierda, es  abrazado a su llegada aeropuerto de la Vanguardia en Villavicencio,  Colombia, el domingo 28 de marzo de 2010, tras ser liberado por las  FARC. (AP Photo/William Fernando Martinez)
El joven soldado Josué Daniel Calvo fue liberado el domingo tras casi  un año de cautiverio en poder de las FARC, que se espera entreguen a  otro militar y después se abra un compás en el que rebeldes y gobierno  midan fuerzas sobre si negocian o no un canje por otros secuestrados.
Apenas dos horas después de su liberación, Calvo, de 23 años,  apareció ante la prensa enfundado en un flamante uniforme camuflado con  su apellido escrito en el bolsillo derecho, gorra y lustrosas botas  negras, pero no dijo ni media palabra, sólo saludó a la prensa  levantando el pulgar derecho en señal afirmativa.
Abrazado con su hermana Nubia, quien tampoco habló, Calvo escuchó a  su padre, Luis Alberto Calvo, hacer unas breves declaraciones a la  prensa en el aeropuerto de esta ciudad de Villavicencio, en el  departamento de Meta y a unos 75 kilómetros al suroeste de Bogotá, donde  había llegado horas antes.
El Alto Comisionado para la Paz, Frank Pearl, al lado de la familia  Calvo, dijo que el soldado, quien fue retenido por los rebeldes el 20 de  abril del 2009, había decidido no hacer declaraciones porque salía de  la dura experiencia del secuestro y que las autoridades la respetaban.
 El soldado colombiano Josué Daniel Calvo saluda a su llegada al  aeropuerto de la Vanguardia en Villavicencio, Colombia, el domingo 28 de  marzo de 2010 tras ser liberado por las FARC. (AP Photo/William  Fernando Martinez)
Pearl calificó el operativo como una “operación impecable” y que  esperaba que se repitiera el martes, con la libertad del sargento  viceprimero del ejército Pablo Emilio Moncayo, uno de los uniformados  con mayor tiempo en cautiverio: 12 años.
Calvo fue recogido al mediodía por una comisión humanitaria  encabezada por la senadora Piedad Córdoba, delegados del Comité  Internacional de la Cruz Roja (CICR) y monseñor Leonardo Gómez, en  representación de la Iglesia Católica, en un viaje abordo de un  helicóptero militar de Brasil, país garante del operativo.
A su regreso, la congresista señaló a los reporteros en el aeropuerto  que los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia  (FARC) y pobladores de la zona de Santa Lucía, el caserío donde dijo le  fue entregado el soldado Calvo, se quejaron de que la víspera y en la  mañana del domingo hubo sobrevuelos, aparentemente militares, a pesar de  que por normas convenidas con el gobierno, no debía haberlos desde el  sábado a las 06:00pm.
Sin embargo, monseñor Gómez y la misma senadora dijeron que no habían  escuchado ningún vuelo, pero que sólo transmitían lo dicho por los  insurgentes. El Comisionado Pearl negó que su hubieran realizado vuelos.
Córdoba además destacó que a pesar de que las FARC han dicho que la  entrega de Calvo y la venidera de Moncayo, serían las últimas que hagan  los rebeldes de forma unilateral, ella y un grupo de activistas llamado  Colombianos y Colombianas por la Paz, trabajarán porque se concrete el  llamado ‘canje humanitario’, es decir la liberación de insurgentes  presos a cambio de una veintena de militares y policías que aún siguen  cautivos.
“Las FARC tiene mucho interés en terminar en este tema del secuestro,  que le ha causado tanta presión y deslegitimación” internacional, dijo  en entrevista telefónica León Valencia, analista de la no gubernamental  Corporación Arco Iris, dedicada al estudio del conflicto interno.
Por su parte, el gobierno del presidente Alvaro Uribe, que culmina el  próximo 7 de agosto, tendría menos resistencia a negociar ese canje  porque, dijo Valencia, “Uribe no tiene tantas cosas para demostrarse a  sí mismo, porque ya no se está jugando la reelección” en los comicios  del 30 de mayo.
Pero la analista política de la Universidad de Los Andes, Sandra  Borda, aseguró que ese canje “definitivamente no va a pasar antes de que  se acabe la actual administración” porque los rebeldes, dijo, quieren  demostrar que aunque están dispuestos al diálogo, aún cuentan con  suficiente capacidad militar, donde el gobierno de Uribe les ha querido  golpear con mayor fuerza en sus dos cuatrienios de mandato.
“Muy a pesar de los esfuerzos bastante contundentes del gobierno en  materia militar…la guerrilla está debilitada, pero está lejos de ser  derrotada militarmente”, dijo Borda en entrevista telefónica.
Borda destacó además que ninguno de los candidatos presidenciales “se  ha aventurado a decir que estaría dispuesto a dialogar con las  guerrillas” y menos a mencionar el tema del canje porque, aseguró, es un  tema impopular entre los colombianos.
La liberación de Calvo fue la primera de las FARC en 13 meses, desde  que a inicios del 2009 dejaran libres a seis hombres, entre ellos dos  políticos con al menos seis años de cautiverio.
A la 13:11 horas del domingo el helicóptero Super Cougar brasileño  aterrizó en el aeropuerto de Villavicencio con la delegación humanitaria  que buscó a Calvo.
Contrario a las versiones de las propias FARC, indicando que Calvo  estaba muy enfermo y no podía caminar, el soldado descendió por su  propio pie de la nave, donde fue recibido por su familia y todos se  unieron en un largo abrazo.
Calvo, vistiendo una camiseta azul claro, pantalones oscuros, zapatos  deportivos negros, y con el cabello muy corto, caminó junto a sus  familiares varios metros hasta el hangar de la terminal y no formuló  declaraciones. Llevaba una larga vara a modo de bastón, y una botella de  agua mineral en sus manos y desde lejos saludó a la prensa tocándose el  pecho del lado del corazón.
La congresista Córdoba destacó además que los rebeldes le dijeron que  sí tienen en su poder los restos óseos de un mayor de la policía,  Julián Guevara, muerto en cautiverio en 2006, pero que por dificultades  “en la movilidad” de los guerrilleros no podían entregarlos de  inmediato, como ya habían dicho esta semana.
VILLAVICENCIO, Colombia