Leyenda: Imagen por cortesía de Morfema Press
¿Quién miente ellos o MCM?
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¿Quién miente ellos o MCM?
Alex Saab y la moral chavista
Por: Humberto González Briceño
Para los efectos de este artículo tenemos que establecer una clara distinción entre moral y ética. Para evitar enredarnos en inútiles discusiones retóricas que alimentan la confusión diremos que, siguiendo los parámetros planteados por el filósofo español Gustavo Bueno, entendemos por moral el conjunto de normas que busca la preservación de un grupo y por ética aquellas orientadas a la protección del individuo o la persona.
De esta distinción podemos desde ya obtener algunas conclusiones. Por ejemplo, que no siempre moral y ética van a coincidir y que por el contrario muchas veces se encuentran en una irreconciliable confrontación dialéctica. También podemos decir que un grupo de delincuentes tiene unos valores morales que no son los mismos valores ni la misma moral de la sociedad en que están insertos y que ellos tratan de pervertir.
Con este breve preámbulo podemos argumentar que en Venezuela efectivamente hay una moral chavista que busca la preservación y recurrencia de ese grupo y que está enfrentada a la moral de la sociedad venezolana que defiende valores totalmente opuestos.
Desde el control del aparato del Estado el chavismo ha hecho todo lo posible para destruir material y moralmente la estructura nuclear de la familia como célula fundamental de la sociedad venezolana. Esto podría parecer un contrasentido si se piensa que al destruir la familia el chavismo estaría al mismo tiempo destruyendo las bases en las que se apoya su Estado. Pero lo que privilegia el chavismo no es la idea de familia sino más bien la de banda, grupo o secta que sirve de sustento al Estado chavista que no a un Estado nacional venezolano.
En esta concepción del grupo o secta que sustituye a la familia no hay educación sino propaganda, no hay empleo sino dádivas, no hay justicia sino fidelidad. Esto puede explicar que mientras muchos lamentamos la bancarrota material y moral de la nación venezolana el chavismo la celebra. Porque es precisamente en el caos y el desmantelamiento de las tradicionales instituciones sociales que el chavismo puede imponer sus propias estructuras y su propia moral.
La forma como el chavismo se planteó la liberación de Alex Saab es un magnífico ejemplo para ilustrar cómo opera la moral chavista. Alex Saab es uno de los muchos operadores con los que cuenta el régimen chavista para perpetrar acciones esenciales en el sostenimiento del régimen. Se trata de operadores que actúan bajo el amparo de la pseudo legalidad del Estado chavista, pero cuyas gestiones en otros países podrían ser consideradas ilegales.
En términos instrumentales Alex Saab puede tener igual o menos información que otro operador como el Pollo Carvajal a la hora de comprometer al régimen para el cual han trabajado. Más que información incriminatoria lo que en realidad quisiera obtener alguna agencia policial internacional serían datos precisos de operaciones o redes de operadores para buscar su neutralización. Pero cuando este tipo de operadores es detenido normalmente esto obliga a replantear la ejecución de las operaciones en marcha impactando la utilidad de la información que el detenido pueda aportar.
De esto podemos concluir que el valor de cambio de estas fichas no está tanto en la información que puedan llevar consigo como en el efecto mediático que se pueda lograr de su proceso de liberación. En esto el régimen cubano ha sido muy efectivo al orquestar campañas para presentar mercenarios y espías cubanos como verdaderos héroes nacionales.
Algunos medios y analistas que orbitan en torno a la falsa oposición se quedaron anclados en la lectura superficial según la cual para el chavismo era de vida o muerte liberar a Alex Saab por los supuestos secretos del régimen que él conocía y podía revelar, como si los contactos no se pudiesen eliminar y las contraseñas cambiar. Desde ese ángulo limitado era muy difícil explicar todos los esfuerzos mediáticos que hizo el chavismo para lograr la liberación de Alex Saab y menos aún explicar la audacia de presentar a un operador de tercera o cuarta categoría como un diplomático venezolano acreditado.
La campaña para liberar a Alex Saab tenía dos frentes. El frente internacional con contenidos en impecable gramática inglesa e intensas campañas de cabildeo (lobby) entre representantes demócratas y altos funcionarios de la administración de Joe Biden para quienes un canje de 5 ciudadanos norteamericanos a cambio de un operador chavista resultaba algo más que obvio.
Pero el frente interno, el de la política nacional, era en realidad el de mayor interés e importancia para el chavismo. La campaña por la liberación de Alex Saab fue vendida dentro del régimen chavista, y especialmente dentro de sus fuerzas armadas, como los extremos hasta los cuales está dispuesto a llegar el régimen en defensa de uno de los suyos. Esto es hoy particularmente importante porque hay desmoralización y deserción entre operadores chavistas muchos de ellos con órdenes internacionales de captura obligados a disfrutar sus millones en Venezuela.
El mensaje que el régimen chavista le envía a sus operadores es que la lealtad perruna siempre será retribuida hasta los límites más insospechados, como en el caso de Alex Saab, pero igualmente la traición será implacablemente castigada sin misericordia con muerte, prisión o destierro así como ha ocurrido con emblemáticos miembros del régimen tales como Carlos Lanz, El Pollo, Carvajal, Rafael Ramírez, Luisa Ortega Díaz, y Tareck El Aissami, por citar algunos.
El régimen chavista está conformado por clientelas y redes de operadores civiles y militares. Aunque estos elementos actúan como una banda o secta no pueden evadirse de la realidad socioeconómica en la que están insertos y la que muchas veces los lleva a sufrir frecuentes y recurrentes crisis de fe y de lealtad con un sistema que más o menos funciona, pero que se agota en el tiempo. Las evidencias de este agotamiento se pueden apreciar en las masivas solicitudes de baja y las deserciones de oficiales militares en todos los niveles.
La liberación de Alex Saab era esencial para el chavismo y su campaña que trata desesperadamente de mantener la moral, la cohesión y la lealtad de las partes de un ecosistema que producto de sus propias contradicciones en cualquier momento podría implosionar.- @humbertotweets
Verdaderamente tu exageras
Enrique Meléndez
Todavía no se le ha oído decir a Nicolás Maduro, que este año sí le va a meter la mano a la economía; aun cuando habló de una recuperación del aparato productivo, sin precedentes en la historia del país; sin dejar por supuesto de referirse al peso de las sanciones; que han estrangulado, a su juicio, nuestra economía. Las madres francesas, cuando un muchacho está demasiado fastidioso, les dicen: "vraiment t´exageres" (verdaderamente tú exageras). Es posible que se haya registrado un salto estadístico en la economía, gracias al acercamiento, que ha tenido el gobierno con el sector privado; sobre todo, por iniciativa de Delcy Eloina, que se le ha visto en todos los eventos, que han hecho los principales gremios empresariales, consecuencia de lo cual se han concedido algunas garantías económicas y jurídicas, que han permitido un cierto repunte, y que es donde Maduro exagera los términos; aparte de las remesas de dólares, que están llegando del exterior; sólo que el año que acaba de finalizar ha sido uno de los más deprimidos desde el punto de vista económico; signado, especialmente, por una caída vertiginosa del consumo, a propósito de los niveles hiperinflacionarios, que vivimos. Obsérvese que el que hizo hallacas, apenas fueron contados; pues el costo de elaboración de cada una de ellas escapaba al poder de compra del venezolano de hoy con un salario mínimo de 3 dólares. Fue otra época, cuando la mesa navideña del venezolano era superabundante: hallacas, pernil, pan de jamón, ensalada de gallina, dulce de lechosa, torta negra, ponche crema. Todo eso brilló por su ausencia en la mayor parte de las casas; excepto en aquéllas donde los ingresos superan los 500 dólares, que sería el costo de la canasta alimentaria.
A los beneficiarios de las bolsas CLAP les prometieron, que les iban a vender unos perniles a precios módicos; asimismo, brillaron por su ausencia, y lo que se alegó fue que el dinero, que se tenía previsto para su compra, tuvo que ser utilizado, para pagar a los abogados de la defensa de Alex Saab, el héroe del momento. Ironías, con las que sale esta gente, y esto lo digo, para que se vea que estamos frente a un gobierno que no tiene plata; que se le acabaron los recursos, para seguir sosteniendo el petropopulismo; que ni los chinos ni nadie les quieren dar más financiamiento, y no le queda más camino que negociar con la oposición. He allí una de las figuras, que más ponderó en sus palabras Maduro, a propósito de la entrevista, que le hizo el periodista franco-hispánico Ignacio Ramonet: el recién nombrado Alex Saab. Marx hablaba de la fe del carbonero, que fue lo que hizo ver Maduro, que se trataba de la fe de Saab, con respecto al pueblo de Venezuela, por el que se esmeró para conseguirle alimentos y medicinas; burlando así las sanciones estranguladoras, que le ha impuesto el imperialismo yanqui; lo que lo convirtió en el enemigo número uno de ese imperio, y por esa razón se desata una persecución en contra de su persona; que se trataba de un empresario colombiano, que se había establecido en Venezuela, y al darse cuenta, de que era un sujeto hábil, para evadir las sanciones internacionales, y conseguir alimentos para el pueblo de Venezuela, lo comisionó para tal fin.
Allí en esa entrevista no hubo repreguntas, de esas que hacen batirse a Maduro, y levantarse de la silla, como lo ha hecho con algunos de mis colegas, cuando se ha sentido incomodado; porque, por lo demás, el entrevistador se trata de uno de los grandes tarifados internacionales del régimen, a quien traen en ciertas ocasiones, en momentos en que Maduro necesita masajearse el ego: ¿50 mil euros de recompensa? He allí la cuota, que les cobra un José Luis Rodríguez Zapatero. Tipejos que pertenecen a una izquierda europea, que cada día se hace más retrógrada en sus respectivos países, y que se pliegan a cualquier sátrapa, estilo Fidel Castro, por el sólo hecho de declararse enemigo de los EEUU.
Aun cuando lo que más llamó la atención de la entrevista de marras, fue el momento en que se abordó el tema de su posible candidatura para las elecciones de 2024, y en donde hizo ver que tan segura su fórmula no está, aun cuando Jorge Rodríguez le ha asegurado a sus amigos en conversaciones privadas, que el candidato indiscutible del PSUV será Maduro, y entonces dijo éste que sólo Dios sabe quién lo será, y no, por lo demás, Diosdado. ¿Acaso Diosdado tiene intenciones de enfrentar ese fenómeno electoral, en el que se ha convertido María Corina Machado? Por cierto, que ha llamado la atención la ausencia de este señor en los últimos actos oficiales, en especial, al del recibimiento, que se le propició a Alex Saab en Miraflores, una vez llegado a Venezuela. Como suele decirle Cabello a los opositores: "no te vistas, que no vas". ¿El que va es Nicolás o Delcy Eloina, en su defecto? No hay que pasar por alto que esta gente dice una cosa hoy y dispone de otra mañana. El hecho cierto es que Maduro resultaría mejor candidato, que Cabello; que no es sino un operador político, como lo fue en sus buenos tiempos en AD su paisano y padrino Luis Alfaro Ucero, sólo que tan presumido el uno como el otro, como para ambicionar tal propósito. El hecho cierto es que Maduro está demasiado mal en las encuestas; con niveles de rechazo de más de 80% y, según ha trascendido, en los últimos sondeos, que se han hecho, la señora Machado está por encima de él en un 60%; que es lo que, al parecer, ha llevado a que se plantee en el seno del PSUV la posibilidad, de una renovación de su liderazgo, y para lo cual se barajan algunos nombres, y entre los cuales se ha planteado el de Delcy Eloina que, por su condición de mujer, sería una figura interesante, para enfrentarla a la señora Machado; tomando en cuenta, por lo demás, que hasta ahora le ha servido de caballo de batalla a Maduro, tanto en el campo internacional, como en el nacional, y donde entra su vinculación con el sector privado empresarial, así como suena Rafael La Cava y Héctor Rodríguez.
Balance y perspectivas
Por: Humberto González Briceño
En la lucha por recuperar la nación venezolana de las garras de la tiranía chavista es preciso hacer una breve pausa para revisar dónde estamos y plantear algunas hipótesis de análisis y resolución.
Lo fundamental en la política venezolana no ha cambiado. Seguimos enfrentados al Estado chavista que define los términos de su legalidad y establece las instituciones que mediante el auxilio de su fuerza armada se impone por la fuerza sobre el resto de los venezolanos.
La total ausencia de instituciones que representen a un Estado nacional y la falta de condiciones y garantías políticas plantean una grave crisis de Estado y no de gobierno como equivocadamente sigue asumiendo la falsa oposición. Con instituciones democráticas y garantías políticas la crisis de un mal gobierno como el de Nicolás Maduro podría ser corregida mediante unas elecciones en procesos como los que se han dado en Colombia, Chile y Argentina, donde de alguna forma existen mecanismos para la alternabilidad.
Este no es el caso de Venezuela que se parece más al modelo cubano en cuanto a las formas de control político y militar combinados con la propaganda para sostener en el poder a la macolla gobernante.
Sin embargo, la falsa oposición sigue insistiendo en una estrategia basada en negociaciones y elecciones con la vana esperanza que algún día el régimen chavista haga algunas concesiones que permitan su derrota y en forma consecuente entregue el poder. El chavismo acepta esta fórmula binaria primero porque conviene a su falso discurso de apertura y segundo porque es la mejor forma de mantener controlada a su falsa oposición siempre ilusionada e ilusionante sobre las esperanzas electorales.
La falsa oposición no oculta que el éxito de su estrategia negociaciones-elecciones depende enteramente de la presión que ejerzan los Estados Unidos, ni siquiera de esa asociación de intereses difusos llamada pomposamente comunidad internacional. Y en efecto los EEUU se han involucrado en el proceso desde una perspectiva etic en estricta defensa de sus intereses estratégicos como es lógico.
La política norteamericana hacia Venezuela la cual hemos criticado por improvisada tiene sus matices y distinciones entre las administraciones de Donald Trump y Joe Biden, pero en esencia ambos enfoques responden a una sola política coherente que consiste en defender los intereses de los EEUU y su hegemonía en la región como potencia imperial, muy por encima del descalabro que podría estar ocurriendo en Venezuela.
Por eso, la política exterior norteamericana luego de reconocer el caricaturesco gobierno interino de Juan Guaidó comprendió que era una jugada montada en el aire que no conducía a nada y muy pronto comenzó a trabajar con los operadores de la falsa oposición para elegantemente y sin desaires desmontar ese parapeto. Quedó la imagen de una falsa oposición que resolvió acabar con esa jugosa e inagotable fuente de corrupción llamada Interinato para así pasar a una fase -¡a otra más!- de negociación con el régimen chavista. Pero eso no habría ocurrido de no haberlo resuelto previamente el gobierno norteamericano.
De México a Barbados, con pausas y contramarchas, en los meses siguientes al desmantelamiento del hamponato interino quedaría muy claro que la única negociación que vale y la que en realidad cuenta es la que se ejercita entre el Estado norteamericano y el Estado chavista en la cual la falsa oposición venezolana está pintada en la pared y es informada por redes sociales.
Al ponerle precio a la cabeza de Nicolás Maduro y otros jerarcas del régimen chavista y al aplicarle a Venezuela unas sanciones inocuas y simbólicas el gobierno norteamericano aliviaba la presión interna de electores que exigen mano dura contra la tiranía chavista y de alguna manera quedaba bien con millones de venezolanos esperanzados en la ayuda e intervención del amigo norteamericano para librarse de la pesadilla chavista.
Pero al mismo tiempo la política realmente existente del imperio norteamericano ejerciendo un comprensible pragmatismo en defensa de sus intereses levantó las sanciones simbólicas contra Venezuela, liberó a los narcosobrinos y por si fuera poco en un intercambio de prisioneros liberó a Alex Saab. Aquí hay que hacer una mención especial a la entrega del Teniente de la Guardia Nacional Pedro Naranjo a Venezuela por parte de los EEUU haciendo caso omiso a los ruegos de sus familiares. Más que una extraviada decisión burocrática la entrega del militar venezolano parece el postre de ese macabro banquete para ofrendar al chavismo.
Todo esto ante la expresión boquiabierta y de incredulidad de millones de venezolanos. Todo eso, que no es poca cosa, a cambio de nada, de nada para la falsa oposición que aún está esperando por condiciones más o menos justas para unas elecciones y que le permitan inscribir a su candidata.
Al reconocer al Estado chavista como el poder político y militar realmente existente en Venezuela y negociar directamente con esa estructura el gobierno norteamericano dinamitó cualquier posibilidad de relevancia o representatividad que la falsa oposición MUD/FA y su candidata pudieran tener. Los Estados Unidos han validado la tesis de Jorge Rodríguez de entenderse directamente con los norteamericanos. De aquí en adelante el chavismo no tendrá ningún incentivo para negociar con otro factor que no sea el propio gobierno norteamericano.
¿Qué se puede esperar en los próximos meses en relación a la salida electoral? Sobre esto ya Joe Biden adelantó por donde vienen los tiros "Nicolás Maduro está cumpliendo su compromiso de celebrar elecciones democráticas en Venezuela". Esto quiere decir que, con la anuencia de los Estados Unidos, la farsa electoral programada para el 2024 podría realizarse o suspenderse indefinidamente con el pretexto de la supuesta guerra con Guyana. Da lo mismo porque todo será resuelto con arreglo a la legalidad del estado chavista y su Constitución de 1999 con la buena pro de los EEUU. A cambio el régimen chavista seguirá despotricando contra el imperialismo norteamericano al tiempo que le suministra petróleo barato.
Esta política de concesiones de los EEUU al régimen chavista es decisiva en estos momentos para darle oxígeno a un chavismo que también sufre sus propias contradicciones entre sus clientelas y sus facciones militares. Pero la política exterior norteamericana estará sujeta a los desarrollos del conflicto provocado entre Venezuela y Guyana donde desde ya los Estados Unidos participan de una alianza militar internacional que acompaña a quienes hoy controlan el territorio Esequibo.
Los operadores del régimen chavista conscientes de las debilidades estructurales de su ecosistema saben perfectamente que la luna de miel con los EEUU puede terminar en cualquier momento y depende más de la guerra Rusia-Ucrania y el conflicto Venezuela-Guyana que de cualquier otra cosa. Frente a esto la lógica del chavismo sigue siendo la misma. Cada día al frente del Estado chavista es victoria y es una oportunidad más para saquear.
Al resto de los venezolanos lo que se nos plantea es deslastrarnos totalmente de las políticas y las falsas ilusiones electorales de la MUD y sus candidatos. ¿Por qué? porque bajo el Estado chavista y su legalidad no hay salida electoral posible. ¿Qué hacer? Replantearnos los ejes de la lucha hacia lo político y social, no lo electoral. Organizarnos en sindicatos y gremios, más que en partidos políticos, para articular en forma orgánica el descontento frente a la crisis nacional y el rechazo al régimen chavista que crece y se multiplica hasta en sus propias clientelas civiles y militares.- @humbertotweets
Alex Saab en Venezuela.